Cazador-cazado (6/6): 200 dólares - Las Bolas de Pablo

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13 may 2020

Cazador-cazado (6/6): 200 dólares



CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE


   Bastian Chacón se retorcía en medio de cuerdas que lo sujetaban a una silla, ante él estaba su hermano Marcos y sus hijos: Israel el mayor, Simón el del medio y Pablo el menor de los varones.

   —Hermano, ¿por qué tenemos que llegar a esto si podemos entablar un acuerdo, eh? Además estábamos haciendo un juego.

   —Oh no, no —se rio Marcos. Tenía en sus manos dos billetes de 100 dólares—, mi amado Bastian Emilio Chacón, quiero dejarte en claro una conclusión esencial a todo esto.

   —¿Y qué es, hermano? ¿Es útil tenerme así amarrado para configurar tus explicaciones?

   —Sí, hermanito. Verás, quiero que entiendas que mis testículos o el de alguno de mis hijos no valen estúpidos 200 dólares.

   —No, hermano, esto formaba parte de un emocionante juego entre Alejandro y ustedes.

   Marcos enfocó la mirada al techo con flojera.

   —Mi amado científico, 200 dólares son nada para nuestras nueces. ¡Los huevos de la familia Chacon Bosch valen millones! —los hijos de Marcos afirmaron con la cabeza. Y el señor en el acto rompió en añicos aquellos billetes hasta arrojarlos al suelo—. Ahora, mi querido hermano —se acercó a él donde Bastian gimió irreparablemente por sus muslos separados—, entre nosotros y tú el gran perdedor resultaste ser tú. ¿Dónde…? —y empezó a buscar algo en la habitación con su mirada—. Aquí no está ése estúpido mocoso de Alejandro para salvarte.

   Bastian gimió.

   Y Marcos enfocó una temida sonrisa, cerró el puño y lo clavó en la abultada entrepierna de Bastian aplastando sus papas como tortilla.

   —¡Aaaaaaaaaah! —gritó Bastian siendo atacado por una temible tos.

   Marcos Chacón se hizo a un lado retrocediendo una serpiente se abultaba su pantalón en el área genital.

   Pablo se acercó.

   —El más inteligente de mis tíos —lo saludó con su bellos ojos de color azul o verdes, heredados por el cromosoma holandés de la madre—, te confieso que ése idiota de Alejandro me tomó por sorpresa aquel día y fue doloroso, pero —se inclinó para susurrarle al oído a tiempo que incrustaba su rodilla en la entrepierna logrando machacar uno de los cojones, el testículo derecho de Bastian empezó a ser torturado entre la rótula de Pablo y la silla, entonces el hombre empezó a gritar desesperado y a batirse en la silla—. Disfrute mucho el juego con Alejandro, sí —Pablo se rio mientras afincaba la rodilla en el ya deforme huevo de Bastian, después de unos dolorosos 20 segundos se apartó de él, dejando a un moribundo científico con la mirada perdida y jadeante su respiración, su bola volvería a la orgullosa forma original.

   —Me duele —maculló—, soy el más débil de todos.

   —Ohhhh —se rio Marcos Chacón agarrando sus propios testículos en un acto de burla—. Mi pobre medio hermano con bolas de cristal, ooooh. ¡JAJAJAJA!

   Simón Chacón fue el siguiente en tomar represalia.

   —Simón, tú no me harías daño. Jugábamos fútbol de pequeños, ¿te acuerdas?

   —Sí. Y era divertido.

   —Perdiste la virginidad gracias a mi, ¿recuerdas? Te presenté a Alicia, recuerdas como te ayude a decorar la habitación.

   —Sí pero eso fue hace muchos años. La semana pasada el tonto de Alejandro se metió en mi habitación, en mi cama e imitó a Claudia moviéndose entre las sábanas. Es un chico idiota.

   —Pero es Alejandro, no soy yo.

   —Lo sé —Simón tomó los grandes testículos de Bastian entre sus dos manos y los comenzó a apretar—. ¿Quieres saber lo que descubrí haciendo a ese hijo de puta?

   —N… no…AY, MIS BOLAS.

   La cara de Bastian estaba desfigurada de dolor y Simón exprimía la vida útil de sus gónadas.

   —Se estuvo burlando de mis hijos, les decía a Vicente y Sebastian que cuando crecieran nadie los iba a querer por esos testículos horribles que tenían —con furia apretó aún más las bolas de Bastian haciéndole desenfocar la mirada—. Llegué por detrás —aflojó la presión dejando que su tío pudiese respirar—. Y le clavé una patada en las bolas que por poco sale volando al otro lado del mundo —volvió a aplastar el par de pelotas—. ¿Sabes lo que es decirle eso a mis niños? ¡Todas las mujeres con la que he estado han amado el tamaño de mis bolas!

   —Absolutamente —lo apoyó Israel.

   Marcos Chacón afirmó con la cabeza.

   Y Pablo sonrió, el también tenía buenos comentarios de sus dotes varoniles.

   —Es estúpido —Simón aplastó los orbes por última vez arrancando muchas lágrimas al pobre Bastian.

   El presentador de televisión se hizo a un lado dejando el turno al dentista.

   Israel usaba entre sus manos una delgada tabla de madera similar a una regla.

  —Alejandro invadió mi privacidad al meterse en mi habitación.

   A pesar de su fuerte dolor de bolas, Bastian no pudo evitar reírse recordando el video de Israel, envuelto en su semen.

   El rubio Chacón utilizó la tablilla de madera para estrellarla en los cocos de Bastian.

   —¡AAAAAAAAAAY!

   —Y todo por culpa tuya, tío. 200 dólares es una burla para nosotros. Quizás para ti es una mega oferta.

   —¡No, Israel, no!

   El mayor de los hijos de Marcos se preparó para otro reglazo.

   —Considerando que tus bolas son de cristal 200 dólares es el precio justo para algo tan patético.

   La tablilla se estrelló de lleno en el abultado pantalón corto de Bastian. De estar desnudo y de pie sus testículos se hubiesen movido como campanas por el golpe.

   —¡AAAAAAAAAAAAAY!

   Bastian enseguida se echó a llorar desconsolado ante las risas burlonas de sus familiares. Sus bolas palpitaban y se hinchaban, iban a crecer como tomates y tendría que caminar con las piernas separadas por una semana. Pablo, Simón e Israel salían riendo de la habitación, Marcos los secundaba, se detuvo en la puerta y giró la cabeza.

   —En 30 minutos le diré a Farid que acuda a desatarte, quiero que sufras media hora con dolor de huevos y que no puedas sobarlos.

   Se rio y salió de la habitación haciendo caso omiso a los gemidos dolorosos de Bastian. 

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