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SEXO HOMOSEXUAL
Egipcio al llegar a la arena de pelea se vistió rÔpidamente con una apretada truza negra y botas de igual color. Caminó al ring de pelea y subió a él. Se quedó esperando, su pene palpitaba por una pelea caliente.
Mauro apareció ante el pĆŗblico flexionando sus brazos, vestĆa truza negra. Saltó al ring y detalló a su enemigo de arriba abajo.
Egipcio no se dejó amilanar por esa estúpida sonrisa arrogante, le interrogó
āHey, hijo de puta... Āælisto para patearte el trasero? āse pasó la mano por sus abdominales duros como roca, despuĆ©s frotó su truza.
āSĆ, pero va a ser el tuyo, el culo que limpiarĆ” el ring.
”””BAMMMMMMMMM!!!
Mauro habĆa saltado clavando sus botas en los pectorales de Egipcio, empujĆ”ndolo hacia atrĆ”s golpeando las cuerdas.
Cuando se acercó a él para agarrarlo, Egipcio empujó su hombro contra los abdominales de la belleza con la que se enfrentaba.
Mauro se quejó pero rĆ”pidamente atacó enviando su rodilla contra la mandĆbula de Egipcio.
El moreno escupió varias veces.
Mauro sonrió burlonamente. Arremetió con una patada a las bolas de su rival.
āĀ”Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuggggggggggggg ! āel hombre se dobló agarrando su paquete. Jadeando de dolor mientras se tambaleaba hacia las cuerdas. Su mano derecha agarraba la cuerda superior mientras la izquierda agarraba su dolorido bulto.
Mauro hizo tumbar a Egipcio, lo agarró de las piernas y lo hizo rodar. Egipcio pataleó en el aire pero fue fulminando con un golpe devastador. Mauro le pisó la entrepierna, retorciendo la forma ovalada de sus bolas.
āAaaaaaaghhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
La cara de Egipcio se retorció de dolor.
Mauro presionó con mÔs fuerza su pie. El cuerpo de Egipcio rebotó arriba y abajo queriendo liberarse.
Las bolas de Egipcio comenzaron a crujir imposible de soportar por mĆ”s tiempo todo el peso de Mauro. El luchador lloraba de dolor. SentĆa que las ondas subĆan de sus cojones a sus entraƱas.
ā”””UGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGgggggggggggg !!! MIS BOLAS.
El dolorido cuerpo de Egipcio en medio de desespero se empapó de sudor.
āPuedo acabar con tu dolor si te rindes.
āĀ”UGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG! āEgipcio verdaderamente sufrĆa pero estaba reacio a declinar.
Mauro movió su pie como si estuviera apagando un cigarrillo. Destruyendo y matando a todos los espermas de Egipcio.
Egipcio casi se desmaya sin soportar por mĆ”s como sus bolas doloridas eran aplastadas. El lĆquido preseminal le mojaba la truza.
āĀ”ME RINDO!
Mauro se balanceó hacia adelante y atrÔs, aumentando el dolor. Finalmente lo liberó pero sin darle tiempo de acunar sus jodidas huevas, lo sostuvo de la parte trasera de su truza para obligarlo a levantarse boca abajo, Egipcio movió las manos que sólo golpearon los muslos de Mauro quien le aplicó un malvado rompecuellos. Aterrizando Egipcio sobre su trasero, rodando sobre la espalda, quedando tendido, jadeando y con los pectorales agitados.
Mauro se inclinó junto a la cabeza de Egipcio. Colocó una rodilla a cada lado de su cabeza. Su escroto quedó a unos centĆmetros por encima de su cara. Luego se agachó y levantó su cabeza. Enterrando el rostro en su entrepierna
āĀæQuieres leche, Ć”rabe?
Egipcio sintió ese cuerpo sobre él, con el rostro apretado en aquel gran bulto negro. Quiso jadear por aire, estaba sofocado. Inhalaba el aroma de macho de Mauro. Escupió sus bolas mientras su rival cerraba los muslos alrededor de su cabeza. Su respiración empapaba su bulto. La mano de Mauro se deslizó por sus abdominales hacia su truza. Egipcio se estremeció cuando le tomó el pene lleno de presemen.
āĀæEstĆ”s listo para correrte, Ć”rabe?
Las manos de Egipcio se alzaron golpeando dĆ©bilmente los muslos de Mauro, su cuerpo tenĆa espasmos a cada caricia de su falo.
El pulgar de Mauro hizo movimientos circulares en la cabeza del pene de Egipcio, haciƩndole gemir profundamente. Sus doloridas bolas agitaban su espesa crema masculina.
Mauro movió el pene de Egipcio mÔs fuerte y mÔs rÔpido retorciendo su cuerpo atrapado.
Egipcio eyaculó parte de su presemen en los dedos de Mauro. Luchaba por liberarse y respirar. Su cuerpo se estremeció y semen, semen y mÔs semen como grandes cuerdas blancas abandonaron su cuerpo.
Mauro siguió mastubÔndolo. Riendo, apartó la cabeza de sus muslos.
Egipcio gruñó y se estremeció cuando le tocaban las bolas. Sus abdominales se agitaron con fuerza cuando finalmente succionó aire.
Mauro se puso de pie, se agachó y le arrancó la truza blanca. Su pene babeó sobre sus abdominales. Luego se arrodilló entre sus piernas. Las levantó para que descansaran sobre su pecho. Mauro se quitó su truza y apuntó la cabeza de su erecta verga al agujero de Egipcio. Entonces, con un poderoso empujón, atravesó su culo apretado. Conduciendo la polla en lo profundo.
āAaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh āgritó Egipcio arqueando la espalda, cuando el rival metĆa y sacaba su pene, se mordió los labios sintiendo las rabiosas embestidas.
Mauro sonreĆa de verlo arquearse, empujaba su culo sobre su polla. Penetrandolo. Su pene rasgaba su apretado culo.
āUuggggggggggggg, uggggggggggggggggg ugggggggggggggggggggggggggggg.
Egipcio no se controló cuando su pene entró en erupción otra vez, disparando la lefa en el aire. Era grande y gruesa, cayó sobre su mandĆbula, pectorales y abdominales.
āOOHHHHHH SIIIIIIII.
El semen de Mauro se expulsó dentro de Egipcio. Cuando retiró su pene dejó que sus últimas cuerdas de semen se derramaran en las bolas y abdominales de Egipcio.
Terminado su orgasmo, Mauro se puso de pie. Plantando la bota en el pecho cubierto de semen del pobre Egipcio.
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