Mazo de cartas (2/3): - Las Bolas de Pablo

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11 mar 2020

Mazo de cartas (2/3):

CONTIENE
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   —¿De quĆ© se trata este reto? —preguntĆ³ Israel, confundido. El guapo rubio se rascĆ³ la cabeza. Estaba sentado en el suelo, con las piernas cruzadas, vestido con calzoncillos ajustados de color blanco.


   —Es sĆŗper fĆ”cil y mola mucho —sonriĆ³ Erick. Se ajustĆ³ la entrepierna en sus calzoncillos y se sentĆ³ junto a Israel. Su pecho era musculoso con abdominales entrenados, brazos y piernas fuertes. Sus calzoncillos rebosaban de virilidad, sus grandes bolas descansaban claramente visibles debajo de su gorda y flĆ”cida polla que apuntaba a la izquierda.



   —Te explico —intervino el velludo LenĆ­n. Estaba sentado frente a Erick—, hay diferentes preguntas o apuestas en esas cartas sĆ³lo debes seleccionar a un contrincante y responder lo que se te exige.



   —Comencemos el juego —dijo GastĆ³n ChacĆ³n sentĆ”ndose frente a Israel y completando el cĆ­rculo. GastĆ³n tenĆ­a 21 aƱos, y era el menor de sus hermanos Horacio y Dereck. Llevaba calcetines y un par de calzoncillos cortos que apenas contenĆ­an sus grandes bolas y su gruesa polla.



   —EstĆ” bien —dijo Israel—. ¿QuiĆ©n quiere comenzar?



   Un montĆ³n de cartas yacĆ­an en el medio del cĆ­rculo.



   —TĆŗ —sugiriĆ³ LenĆ­n—. DesafĆ­a a uno de nosotros y roba una carta.



   Israel mirĆ³ a su alrededor. Se encogiĆ³ de hombros y dijo: —Erick.



   Erick asintiĆ³ y sonriĆ³.



   Israel alcanzĆ³ el mazo de cartas.



   LenĆ­n se aclarĆ³ la garganta y preguntĆ³ a Bastian quien sostenĆ­a un block de notas. —¿Hay un premio para los ganadores?



   —Hay un premio para los perdedores.



   LenĆ­n levantĆ³ las cejas y se cubriĆ³ la entrepierna protectoramente, sonriendo. —Supongo que habrĆ” dolor, ¿eh?



   Bastian afirmĆ³ con la cabeza.



   —Los ganadores podrĆ”n patear las bolas del perdedor tantas veces como hayan ganado puntos.



   Israel leyĆ³ su carta:



   —¿Quien es mĆ”s alto?



   Erick puso los ojos en blanco. —Excelente.



   —LevĆ”ntense, los dos —LenĆ­n sonriĆ³.



   ColocĆ”ndose uno al lado del otro se demostrĆ³ que Israel era algunos centĆ­metros mĆ”s alto. Erick hizo una mueca.



   —Mi turno —dijo LenĆ­n—. DesafĆ­o a... —se tomĆ³ un momento para mirar a los otros jugadores—. TĆŗ —mirĆ³ a GastĆ³n y le guiĆ±Ć³ un ojo.



   GastĆ³n se encogiĆ³ de hombros y sonriĆ³. —Acepto.



   LenĆ­n alcanzĆ³ el mazo de cartas y tomĆ³ una. —TirĆ³n de bolas —leyĆ³.



   Israel se riĆ³. —Eso suena doloroso...



   LenĆ­n hizo una mueca y se volviĆ³ hacia Bastian. —¿Tienes una cuerda?



   —AhĆ­ en el primer cajĆ³n a la izquierda.



   LenĆ­n se levantĆ³ y caminĆ³ hacia la mesa, volviendo con una soga de unos tres metros de largo. La tirĆ³ al suelo y se quitĆ³ los boxers, revelando su polla semidura y el par de testĆ­culos colgantes.



   —Va a ser divertido —determinĆ³ Israel mirando a GastĆ³n quitarse los calzoncillos.



   Sonriendo torpemente, GastĆ³n se quitĆ³ la ropa interior. Su pene estaba flĆ”cido y sus grandes bolas colgaban libremente debajo. Su vello pĆŗbico estaba cuidadosamente recortado.



   —¿Israel? —preguntĆ³ LenĆ­n, sosteniendo un extremo de la cuerda—. PodrĆ­as...



   —Claro —sonriĆ³ Israel. Se arrodillĆ³ frente a su amigo y atĆ³ la cuerda alrededor del escroto de LenĆ­n.



   El velludo bajĆ³ la mirada hacia su entrepierna mientras Israel sujetaba la cuerda con fuerza alrededor del cuello de su escroto.



   —AhĆ­ tienes —dijo Israel, tirando con fuerza y ​​haciendo que LenĆ­n jadeara de dolor—. ¿EstĆ” lo suficientemente apretado?



   LenĆ­n gimiĆ³ y asintiĆ³.



   —Genial —Israel se riĆ³ entre dientes, dĆ”ndole a la cuerda otro tirĆ³n. Se girĆ³ hacia GastĆ³n—. ¿Quieres que te ayude tambiĆ©n, primo?



   —No, gracias —negĆ³ GastĆ³n rĆ”pidamente. TirĆ³ de la cuerda hasta que la atĆ³ a sus bolas. Luego levantĆ³ la vista e hizo una mueca. —Listo.



   LenĆ­n asintiĆ³ con la cabeza. Los contrincantes se pararon uno frente al otro, retrocediendo tentativamente hasta que la cuerda se apretĆ³ y el centro se ubicĆ³ sobre el mazo de cartas que serĆ­a el lĆ­mite.



   Erick los mirĆ³ y sacudiĆ³ la cabeza, sonriendo.



   Israel se riĆ³. CogiĆ³ la cuerda y tirĆ³ de ella en direcciĆ³n a GastĆ³n, haciendo que LenĆ­n soltara un grito de sorpresa cuando sus bolas fueron retiradas de su cuerpo. TropezĆ³ hacia adelante y frunciĆ³ el ceƱo hacia Israel.



   —Solo estoy revisando. ¿Preparados? 3, 2, 1. ¡Ya!



   LenĆ­n y GastĆ³n comenzaron a inclinarse hacia atrĆ”s, con mucho cuidado al principio, tirando de la cuerda.



   GastĆ³n apretĆ³ los dientes e inhalĆ³ bruscamente cuando el dolor comenzĆ³ a explotar desde sus testĆ­culos.



   La boca de LenĆ­n se abriĆ³ y dejĆ³ escapar un gemido doloroso.



   Los cojones de ambos muchachos fueron apartados de sus cuerpos, la piel fue estirada, sus bolas empujadas al fondo de sus sacos.



   —¡Oh! —gimiĆ³ LenĆ­n, apoyĆ”ndose contra la cuerda e intentando tirar de GastĆ³n sobre la lĆ­nea media.



   GastĆ³n gruĆ±Ć³, con los ojos cerrados. El sudor comenzĆ³ a correr por su cara.



   Los dos muchachos lucharon uno contra el otro, ambos tiraban de la cuerda con sus bolas, pero ninguno parecĆ­a ganar terreno.



   DespuĆ©s de un par de minutos de tirar y tirar, gemir y gemir, GastĆ³n decidiĆ³ cambiar de tĆ”ctica. Sus bolas ya estaban rojas e hinchadas, parecĆ­an listas para estallar. El joven ChacĆ³n dio un paso adelante, haciendo que LenĆ­n tropezara hacia atrĆ”s. Entonces rĆ”pidamente dio dos pasos hacia atrĆ”s, tirando de LenĆ­n con Ć©l.



   Ambos gritaron desde lo mĆ”s profundo de sus pulmones.



   Erick e Israel observaron con fascinaciĆ³n, divertidos ante el espectĆ”culo.



   —Vamos, primo —sonriĆ³ Israel—. Arranca sus bolas...



   LenĆ­n gritaba de dolor. Mientras lĆ”grimas corrĆ­an por su rostro intentando tirar de GastĆ³n por la lĆ­nea media sin perder sus bolas.



   GastĆ³n volviĆ³ a hacer su movimiento de paso adelante, dos pasos atrĆ”s, gritando ante el repentino y agudo dolor que surgĆ­a de sus bolas.



Los pies de LenĆ­n estaban a solo centĆ­metros de la lĆ­nea media.



   —¡Aaaaaaay! —gritĆ³ GastĆ³n—. ¡Joder! —se preparĆ³ y dio un par de pequeƱos pasos hacia atrĆ”s, gimiendo de dolor.



   LenĆ­n tropezĆ³ hacia adelante, cruzĆ³ la lĆ­nea media y colapsĆ³ en el suelo inmediatamente despuĆ©s.



   GastĆ³n bajĆ³ la mirada hacia su ingle.



   Su polla estaba dura como roca, la punta se veĆ­a hĆŗmeda y brillante.



   —Mis bolas —susurrĆ³ con voz sin tono, agarrando tentativamente las dos ciruelas rojas e hinchadas. IntentĆ³ abrir los nudos, pero inhalĆ³ bruscamente tan pronto como tocĆ³ su saco—. Ay, mis bolas...



   LenĆ­n sollozaba de dolor, sus manos protegĆ­an sus doloridos testĆ­culos. TambiĆ©n se habĆ­an hinchado considerablemente. Y el arder y tirar de sus delicados Ć³rganos tambiĆ©n habĆ­a hecho que su pene se hinchara. Estaba goteando presemen.



   Israel se echĆ³ a reĆ­r y se levantĆ³. —Un punto para GastĆ³n —sonriĆ³.



   LenĆ­n y GastĆ³n gimieron de dolor.



   Israel regresĆ³ con un par de tijeras en la mano, sonriĆ³. —Vamos a quitar esas cuerdas de sus bolas.



   GastĆ³n mirĆ³ a su guapo primo con terror en los ojos.



   —No te preocupes. SerĆ© cuidadoso…



   GastĆ³n gimiĆ³ cuando el frĆ­o metal de las tijeras tocĆ³ sus bolas. En cuestiĆ³n de segundos, Israel cortĆ³ la cuerda. MirĆ³ a GastĆ³n y se encogiĆ³ de hombros. GuiƱƔndole un ojo le golpeĆ³ las bolas con el extremo del mango de las tijeras, haciendo que el chico gritara y se doblara.



   Israel se echĆ³ a reĆ­r y se volviĆ³ hacia LenĆ­n.



   Los ojos de LenĆ­n estaban hĆŗmedos y llorosos.



   Israel asintiĆ³ y agarrĆ³ suavemente el saco de LenĆ­n.



   LenĆ­n lo mirĆ³ con recelo mientras cortaba la cuerda de sus huevos.



   —Gracias —susurrĆ³ cuando Israel lo hizo sin lastimar sus doloridos testĆ­culos.



   Israel sonriĆ³ con una pizca de simpatĆ­a. Luego agarrĆ³ las bolas de LenĆ­n y les dio un apretĆ³n.



   Los ojos de LenĆ­n se abrieron y dejĆ³ escapar un grito.



   Israel le soltĆ³ las pelotas. Seguido se fue hacia su lugar y mirĆ³ a GastĆ³n. —Tu turno.



   El joven mirĆ³ a sus compaƱeros. Sus ojos se posaron en Erick. —Te desafĆ­o —dijo y alcanzĆ³ el mazo de cartas. —TamaƱo de las bolas. Ɖste punto es para mi.



   Erick puso los ojos en blanco no se atreviĆ³ a hacer la comparaciĆ³n ya que por genĆ©tica GastĆ³n era el ganador incluyendo que estaban hinchadas y considerablemente mĆ”s grandes de lo habitual.



   —Mi turno —dijo Erick. VolviĆ³ a sentarse y alcanzĆ³ el mazo de cartas—. DesafĆ­o a LenĆ­n —sonriĆ³, haciendo que su amigo hiciera una mueca ante la perspectiva de perder una vez mĆ”s—. Masturbarse —leyĆ³ la tarjeta. LevantĆ³ la vista y le sonriĆ³ a LenĆ­n.



   LenĆ­n gimiĆ³. Se puso de pie y comenzĆ³ a sacudir su miembro.



   Erick se echĆ³ a reĆ­r y se levantĆ³, mirando a LenĆ­n hacer una mueca de dolor cada vez su puƱo golpeaba contra sus huevos. Sin embargo, tenĆ­a una ventaja considerable: su polla ya estaba dura.



   Erick se dio cuenta de eso, y comenzĆ³ a frotar su polla, dĆ”ndole toda su dureza mientras gemĆ­a de placer.



   LenĆ­n hacĆ­a muecas gimiendo, masturbando su pene y gimiendo de dolor.



   Erick se concentraba en su miembro carnoso, estaba con la cabeza hacia abajo y los ojos cerrados.



   Ambos los tenĆ­an duros como roca.



   GastĆ³n e Israel estaban sentados en el suelo, mirando de un lado a otro entre las entrepiernas de LenĆ­n y Erick. ParecĆ­a que estaban siguiendo un partido de tenis.



   LenĆ­n y Erick estaban gimiendo mĆ”s fuerte, el golpeteo de los puƱos contra las bolas resonaban a travĆ©s de las paredes mientras acariciaban sus penes con movimientos frenĆ©ticos.



   —¡Estoy cerca! —susurrĆ³ LenĆ­n, jadeando—. ¡Ah, ah, ah! ¡Estoy cerca!



   Erick lo mirĆ³ y se distrajo por un momento. Cuando volviĆ³ a cerrar los ojos, la polla de LenĆ­n estallĆ³ en caƱonazos de esperma caliente que aterrizĆ³ en el suelo a un par de metros de distancia.



   LenĆ­n estaba gimiendo de placer, con la cabeza echada hacia atrĆ”s y la boca abierta, mientras su pene seguĆ­a brotando lava blanca.



   Israel sonriĆ³. —Erick, puedes parar...



   Erick gimiĆ³ ruidosamente, su mano acariciaba su polla dura ya con la cabeza roja. No se habĆ­a percatado del orgasmo de LenĆ­n. Estaba encerrado en su propio placer, masturbĆ”ndose con las dos manos.



   —¡SĆ­! —gimiĆ³—. AquĆ­, aquĆ­ estĆ”. Oj.... uh...



   SoltĆ³ su pene y su cuerpo convulsionĆ³, su polla explotĆ³ con galones de jugo blanco, baƱando a su oponente y a los dos espectadores mientras sus bolas se vaciaban y rociaban su contenido por todo el lugar.



   Cuando terminĆ³, abriĆ³ los ojos, sonriendo con felicidad post-orgĆ”smica, luciendo exhausto y feliz.



   MirĆ³ a LenĆ­n, cuyo cuerpo estaba cubierto de leche.



   —Creo que le ganĆ© a este hombre lobo.



   LenĆ­n, Israel y GastĆ³n lo miraron. Luego se echaron a reĆ­r.



   Erick levantĆ³ las cejas. —¿QuĆ©?



   —Lo siento —dijo LenĆ­n, sonriendo tĆ­midamente—. Te ganĆ©.



   Erick se quedĆ³ boquiabierto.



   —La mitad de ese semen es mĆ­o —sonriĆ³ LenĆ­n—. Bueno, una cuarta parte, en realidad.



   Israel y GastĆ³n se rieron a carcajadas.



   Erick gimiĆ³.



   —Fue una eyaculaciĆ³n impresionante, no obstante —Israel se riĆ³—. Felicidades…



   Erick estaba definitivamente triste. Se limpiĆ³ la mano en sus abdominales, untando su cuerpo musculoso con su semen. Luego se sentĆ³—. Mierda.



   —Mi turno —dijo Israel. MirĆ³ a LenĆ­n y Erick. Ambos parecĆ­an cansados—. Supongo que merecen un descanso —y asintiĆ³ con la cabeza a GastĆ³n. —Te reto, primo.



   GastĆ³n se encogiĆ³ de hombros. —Bueno.



   Israel sacĆ³ una carta. —Una carrera —leyĆ³. MirĆ³ a GastĆ³n y suspirĆ³—. Supongo que tienes una ligera ventaja, ¿eh? Eres mĆ”s joven.



   GastĆ³n meneĆ³ la cabeza.



   Israel mirĆ³ alrededor de la habitaciĆ³n. —¿Por quĆ© no corremos escaleras abajo y subimos de nuevo?



   GastĆ³n afirmĆ³ con la cabeza.



   Para estar igual a su primo, Israel se quitĆ³ rĆ”pidamente los bĆ³xers, revelando su polla flĆ”cida, de buen tamaƱo, sus bolas colgantes y hermosas.



   GastĆ³n se encogiĆ³ de hombros. —Bien.



   Los dos hombres caminaron hacia la puerta.



   Israel le sonriĆ³ a GastĆ³n y le dio una palmada en el culo. —¡Vamos!



   Ambos desaparecieron, la puerta se cerrĆ³ detrĆ”s de ellos.



   LenĆ­n y Erick permanecieron sentados, luciendo cansados.



   Pasaron uno o dos minutos hasta que la puerta se abriĆ³ de nuevo.



   Israel entrĆ³ sin aliento, jadeando y sonriendo. —¡SĆ­! —susurrĆ³, tratando de recuperar el aire.



   GastĆ³n llegĆ³ un momento despuĆ©s, haciendo una mueca de dolor, su mano derecha cubrĆ­a su entrepierna. —¡Infeliz! —gritĆ³—. ¡Hiciste trampa!



   Erick y LenĆ­n se rieron.



   GastĆ³n se doblĆ³, agarrĆ”ndose los testĆ­culos. —¡JĆ³dete!



   —¿QuĆ© pasĆ³? —preguntĆ³ LenĆ­n.



   GastĆ³n levantĆ³ la cabeza, gimiendo de dolor. —¡Me empujĆ³ en el camino de regreso y caĆ­ al suelo! ¡GolpeĆ© mis bolas contra las escaleras!



   Israel lo miraba con extraƱeza.



   Erick y LenĆ­n se rieron juntos..



   —¡Me empujĆ³! —repitiĆ³ GastĆ³n, frotĆ”ndose las bolas.



   —Fue un accidente —dijo Israel, sonriendo.



   Erick se encogiĆ³ de hombros. —Vamos, GastĆ³n.



   GastĆ³n hizo una mueca.



   —Ya tienes dos puntos, ¿no? —dijo Erick.



   GastĆ³n se encogiĆ³ de hombros.



   —Sigamos —dijo Erick.



   —Me empujĆ³ —insistiĆ³ GastĆ³n antes de sentarse y cruzar sus musculosos brazos frente a su pecho.



   —Lo siento —repitiĆ³ Israel—. Fue un accidente.



   GastĆ³n gruĆ±Ć³.



   LenĆ­n asintiĆ³ con la cabeza.



   —ElĆ­geme —dijo Erick rĆ”pidamente.



   LenĆ­n lo mirĆ³.



   —¡Estoy perdiendo! —dijo Erick—. TodavĆ­a no he ganado un solo desafĆ­o.



   Israel mirĆ³ las cartas. —Solo quedan tres.



   —ElĆ­geme —dijo Erick, sonriendo a LenĆ­n—. Por favor.



   —¿Quieres que te elija porque crees que perderĆ©?



   Erick sonriĆ³. —Por favor.



   LenĆ­n sacudiĆ³ la cabeza. —Israel. Te reto.



   Erick gimiĆ³.



   LenĆ­n alcanzĆ³ las barajas y cogiĆ³ una. Al leerlo, se echĆ³ a reĆ­r... Grosor del miembro erecto —se mirĆ³ la entrepierna y suspirĆ³.



   Israel sonriĆ³.



   GastĆ³n guardĆ³ silencio, con los brazos cruzados mirando al suelo. —Me empujĆ³ —murmurĆ³.



   —Ay, ya supĆ©ralo —dijo Erick.



   LenĆ­n se mirĆ³ la entrepierna. Su pene se habĆ­a encogido despuĆ©s del orgasmo  minutos atrĆ”s. —Esto podrĆ­a tomar un poco de tiempo —asegurĆ³ y comenzĆ³ a acariciar su pene flĆ”cido.



   Israel se riĆ³, frotando su propia verga con toda su dureza.



   LenĆ­n sonriĆ³.



   Israel se lamiĆ³ los labios y se pasĆ³ los dedos por el pecho, pellizcĆ”ndose los pezones, gimiendo como una puta barata.



   LenĆ­n se riĆ³, acariciando suavemente su polla.



   Israel se encogiĆ³ de hombros cuando su pene apuntĆ³ al techo.



   LenĆ­n mirĆ³ a Israel y sonriĆ³ tĆ­midamente. BajĆ³ la mirada hacia su pene que se levantĆ³ y endureciĆ³ de inmediato.



   Israel volviĆ³ la cabeza y vio la erecciĆ³n de LenĆ­n. —EstĆ” bien —dijo alegremente—. Comparemos…



   LenĆ­n sonriĆ³.



   Los dos se pararon uno al lado del otro, sosteniendo sus penes.



   Israel hizo una mueca. AgarrĆ³ el gordo falo de LenĆ­n, envolviendo sus dedos alrededor de Ć©l. Lo acariciĆ³ un par de veces, mirĆ”ndolo con dedicaciĆ³n.



   —EstĆ” bien, tĆŗ ganas —dijo, suspirando.



   LenĆ­n sonriĆ³ con orgullo. —Un punto para mĆ­. Te toca a ti, GastĆ³n.



   GastĆ³n estaba haciendo pucheros.



   —ElĆ­geme —dijo Erick, sonriendo a su amigo.



   GastĆ³n lo mirĆ³ fijamente. —¡JĆ³dete! Israel hizo trampa. Me empujĆ³ por las escaleras. ¡Y lo defendiste! —se volviĆ³ hacia Israel—. Te escojo a tĆ­. Y esta vez, ganarĆ©.



   Israel hizo una mueca. —Bien bien. CĆ”lmate.



   GastĆ³n tomĆ³ una tarjeta y leyĆ³: —Dureza de los testĆ­culos por puƱetazos.



   Israel sonriĆ³ nerviosamente.



   GastĆ³n apretĆ³ los labios. —Intercambiaremos golpes. Las bolas mĆ”s duras ganan —se puso de pie y mirĆ³ sus gĆ³nadas. Se veĆ­an gravemente magulladas e hinchadas—. Bueno. Esto es factible. Empiezo.



   Israel estaba parado frente a Ć©l.



   GastĆ³n se arrodillĆ³.



   Israel parpadeĆ³, mirando a su primo quien apretĆ³ el puƱo y lo condujo de lleno a sus gĆ³nadas colgantes debajo de su polla dura como roca.



   GastĆ³n entregĆ³ un poderoso uppercut. Israel abriĆ³ los ojos al igual que su boca. Sus cejas se alzaron. Un sonido largo, miserable y chirriante escapĆ³ de sus carnosos labios y se fue haciendo cada vez mĆ”s fuerte, convirtiĆ©ndose en un chillido agudo.



   GastĆ³n dio un paso atrĆ”s, admirando su trabajo, sonriendo con orgullo y crujiendo sus nudillos.



   Israel permaneciĆ³ de pie durante casi un minuto, paralizado, gimiendo de dolor, su polla dura temblaba y sus brazos estaban estirados.



    LenĆ­n y Erick observaron a Israel.



   Finalmente, dejĆ³ de gritar. Su boca formĆ³ una O silenciosa y sus ojos giraron hacia atrĆ”s en su cabeza. CayĆ³ de rodillas y despuĆ©s  al suelo de bruces, cayendo directamente sobre su rĆ­gida polla. Gimiendo mientras se retorcĆ­a en el suelo, agarrĆ”ndose los testĆ­culos.



   —Creo que ganĆ© —sonriĆ³ GastĆ³n.



   LenĆ­n y Erick miraron a Israel.



   Luego se miraron el uno al otro.



   Erick se encogiĆ³ de hombros. —Supongo que tiene razĆ³n.



   LenĆ­n se arrastrĆ³ hacia Israel y le dio un codazo en el hombro. —¿Israel?



   Israel no reaccionĆ³. Estaba rodando de un lado a otro, sus manos sostenĆ­an sus agonizadas gĆ³nadas, gimiendo de dolor.



   —¿Israel? —repitiĆ³ LenĆ­n.



   No hubo reacciĆ³n.



   LenĆ­n se volviĆ³ hacia GastĆ³n y se encogiĆ³ de hombros. —Bueno. Otro punto para ti.



   GastĆ³n sonriĆ³. —Tengo tres puntos.



   Erick suspirĆ³. —Lo sĆ© —se volviĆ³ hacia LenĆ­n—. ¿Cuantos tienes tĆŗ?



   —Uno —dijo LenĆ­n.



   —¿Israel?



   LenĆ­n pensĆ³ por un momento. —Tres, creo.



   Israel gimiĆ³.



   —Puta —dijo Erick, suspirando de nuevo—. Eso significa que lo mejor que puedo hacer es retarte, ¿verdad?



   LenĆ­n se encogiĆ³ de hombros. —Supongo.



   Erick alcanzĆ³ la Ćŗltima carta. La recogiĆ³ y mirĆ³—. ¡Mierda!



   —¿QuĆ© dice? —preguntĆ³ LenĆ­n, sonriendo.



   Erick cerrĆ³ los ojos. —Longitud del dedo medio —dijo lentamente—. ¿QuĆ© tipo de reto es ese, Bastian? ¿Longitud del dedo medio?



   LenĆ­n sonriĆ³ y se mirĆ³ las manos. —¿Mano izquierda o mano derecha? —preguntĆ³ alegremente.



   Erick gimiĆ³—. ¿Hay alguna diferencia?



   LenĆ­n se encogiĆ³ de hombros. —No lo creo... —su cuerpo era delgado y larguirucho. MirĆ³ sus largos y delgados dedos y le dio a Erick el dedo sonriendo.



Erick suspirĆ³, se levantĆ³ y copiĆ³ el gesto obsceno. Lo sostuvo contra el de LenĆ­n asĆ­ que el dedo medio del larguirucho era claramente mĆ”s largo.



   —Joder —Erick suspirĆ³ una vez mĆ”s—. Soy el perdedor.



   —Genial —sonriĆ³ GastĆ³n, frotĆ”ndose las manos—. Veamos —se volviĆ³ hacia su amigo y seƱalĆ³ su entrepierna—. Abre las piernas, Erick.



   Erick gimiĆ³ e hizo lo que le dijeron.



   —Date la vuelta —dijo GastĆ³n.



   Erick puso los ojos en blanco y obedeciĆ³.



   —InclĆ­nate —sonriĆ³ GastĆ³n, obviamente disfrutando de la situaciĆ³n.



   Erick se agachĆ³ y puso las manos sobre las rodillas.



   GastĆ³n sonriĆ³ y acariciĆ³ las grandes y jugosas bolas de Erick y se luego se echĆ³ a reĆ­r—. Voy a revolver tus huevos. Arquea la espalda.



   —GastĆ³n —gimiĆ³ Erick—¿Por quĆ© no pateas de una vez por to...



   Fue interrumpido por la primera patada de GastĆ³n. El empeine chocĆ³ con sus testĆ­culos de gran tamaƱo, golpeĆ”ndolos en su pelvis con un ruido sordo aplastĆ”ndolos como tortillas.



   Erick gritĆ³ a todo pulmĆ³n. Sus rodillas se encontraron y se doblĆ³.



   Israel levantĆ³ la cabeza y observĆ³ a Erick con expresiĆ³n aturdida en su rostro.



   GastĆ³n sonriĆ³. Estaba de pie detrĆ”s de su amigo mirĆ”ndolo retorcerse de dolor. BajĆ³ la mirada hacia su trasero y vio la gran hueva izquierda clavada entre sus muslos.



   GastĆ³n no dudĆ³ ni un segundo. EchĆ³ su pie hacia atrĆ”s y lo enviĆ³ contra el expuesto testĆ­culo de Erick.



   La boca del cabelludo muchacho se abriĆ³ y jadeĆ³ por aire cuando el pie de GastĆ³n aplastĆ³ su bola atrapada con la punta del pie. TropezĆ³ hacia adelante y cayĆ³ de rodillas, sobando su entrepierna, tratando de proteger su polla asĆ­ como sus toronjas. Pero una de sus bolas o su pene se resbalaba del agarre, lo que hizo que GastĆ³n y LenĆ­n se rieran mientras Erick intentaba desesperadamente consolar su dolorosa hombrĆ­a.



   Israel se enderezĆ³, su mano agarraba sus bolas.



   —Una patada mĆ”s —sonriĆ³ GastĆ³n. —Vamos, Erick.



   Erick gimiĆ³.



   GastĆ³n esperĆ³ pacientemente hasta que Erick volviera a estar de pie, con las piernas separadas y los testĆ­culos colgando entre los muslos.



   LlevĆ³ su pie contra las gĆ³nadas, golpeando a los dos grandes testĆ­culos de Erick con una patada perfecta haciendo que gritara a toda fuerza. .



   GastĆ³n sonriĆ³ cuando el cuerpo de Erick cayĆ³ al suelo. Se girĆ³ hacia Israel. —Tu turno —sonriĆ³.



   Israel asintiĆ³ y se levantĆ³, agarrĆ”ndose las bolas y gimiendo.



   —EstĆ” bien —dijo suavemente, mirando a Erick retorcerse de dolor.



   Se arrodillĆ³ junto a Erick y lo hizo rodar sobre su espalda.



   Erick gimiĆ³. Su cara estaba retorcida de dolor.



   Israel agarrĆ³ suavemente la abultada virilidad de Erick. Su polla estaba semidura.



   Israel sonriĆ³ y envolviĆ³ sus manos alrededor del saco de Erick.



   Erick mirĆ³ a Israel con una expresiĆ³n triste. —Por favor, no...



   Israel suspirĆ³ y comenzĆ³ a apretar. Sus dedos se clavaron en la hombrĆ­a de Erick, aplastando los delicados cocos, llevando el dolor de Erick a un nivel completamente nuevo.



   Erick gritĆ³.



   Israel sonriĆ³ con simpatĆ­a mientras exprimĆ­a la vida de las pelotas de Erick, aplastando la hueva izquierda entre el pulgar y el Ć­ndice mientras giraba la pelota derecha con la otra mano.



   LenĆ­n dijo lentamente. —Tienes tres puntos. AsĆ­ que tienes permitido tres patadas. ¿QuĆ© significa si eliges apretar?



   Israel se encogiĆ³ de hombros. AgarrĆ³ la gĆ³nada derecha de Erick con una mano, la izquierda con la otra mano y mirĆ³ a LenĆ­n. GuiƱando un ojo, contĆ³ —Uno —torciĆ³ las bolas de Erick en direcciones opuestas.



   Los ojos de Erick se volvieron adentro mientras dejaba escapar un grito penetrante.



   —Dos —sonriĆ³ Israel, mirando a LenĆ­n, mientras sus manos giraban en otra direcciĆ³n, retorciendo las bolas de Erick una vez mĆ”s.



   Erick tosiĆ³. ParecĆ­a que estaba a punto de vomitar.



   —Tres —Israel sonriĆ³, tirando las bolas de Erick hacia abajo y girĆ”ndolas al mismo tiempo.



   Erick comenzĆ³ a tener arcadas. Sus ojos se llenaron de lĆ”grimas.



   Israel soltĆ³ las pelotas de Erick y permitiĆ³ que recuperara el aliento.



   —Mis bolas —gimiĆ³ con voz sin aliento—. Mis pobres bolas...



   LenĆ­n se riĆ³ entre dientes.



   Erick gimiĆ³, acostado sobre su espalda, sus manos cubrĆ­an su entrepierna.



   Bastian intervino:



   —AsĆ­ que los dos ChacĆ³n son quienes mĆ”s han acumulado puntos hoy.  Por lo tanto en la tabla van a recibir una puntuaciĆ³n mĆ”s.


¿Deben puplicarse mas capitulo de la serie Mazo de cartas?

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