THE SIDEKICK (13/15): EL NIÑO GENIO - Las Bolas de Pablo

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11 mar 2020

THE SIDEKICK (13/15): EL NIÑO GENIO

   
   Casi cuatro años pasaron, Jason estaba por cumplir veinte, se ha convertido en un hombre rubio con una estatura de 1.87 (una pulgada más alto que Dick), los cambios en su cuerpo son notorios, además se ha dejado crecer el cabello.

   Jason tenía algunas ideas para crear algunas apps, un día decidió conjuntarlas y el resultado fue una Fintech llamada “Rosso” que llevaba dos años operando con enorme éxito y lo había convertido en el billonario más joven del mundo. Lo había hecho todo por su cuenta, sin ayuda de Bruce, él mismo ya contaba con ochenta millones de dólares en el banco desde antes de llegar a vivir a la mansión Wayne.

Jason 19 años. Billonario.
   Con su empresa marchando sobre ruedas, el joven compró un gran terreno y construyó una lujosa y popular plaza comercial con departamentos en una de las zonas más caras de Ciudad Gótica, además era accionista  en algunas compañías de prestigio como STAR Labs, Queen Industries,  Lex Corp y por supuesto Industrias Wayne, con su visión para los negocios, se había ganado su propio lugar dentro de la alta sociedad de Ciudad Gótica, era usual verlo en cocteles, eventos de prestigio y de caridad. Todo era una fachada.

   Los Drake eran una de las familias mas adineradas, amigos cercanos de Bruce Wayne, Jack y Janet estaban cumpliendo 10 años de matrimonio y reservaron unas lujosas vacaciones para dos con duración de tres meses, para evitar que su único hijo Timothy de 9 años se quedara mucho tiempo solo en la mansión Drake le pidieron a Bruce que Jason viera por él durante este tiempo.

   –¿Tres meses? ¿Quieres que sea niñera por 3 meses? –reclamó Jason.

   –Los Drake son unos aliados importantes –comentó Bruce.

   –Su fortuna no rivaliza con la tuya.

   –No todo se trata de dinero, las relaciones son importantes también y el niño según me dijeron te admira.

   –¿A mi? –Jason rió.

   –Eres un ejemplo a seguir para él y para cualquier niño. Has hecho tu propia fortuna y te has ganado tu lugar en sociedad sin ayuda.

   –No tengo tiempo, ahora mismo estoy trabajando en un nuevo proyecto importante.

   –Lo se, por eso durante este periodo te relevo de tus servicios como Robin, puedes cuidar del niño en la mañana y en las noches dedicarte a tu proyecto secreto –dijo Bruce.

   –Pero a mi me gusta ser Robin.

   –Dick te dio tres valiosos meses de su tiempo ¿lo olvidaste?

   –¡Qué tonto! ¿es él? él va a ser mi reemplazo –preguntó Jason- es por eso.

   –En unas semanas cumplirás 20 años, ya no eres un “chico” maravilla –dijo Bruce entrecomillando con los dedos.

   –Podías habérmelo dicho antes, si va a ser el nuevo Robin por supuesto que lo voy a entrenar, esa es una tarea prioritaria –dijo Jason– cuenta conmigo.

   –No es un hecho que pueda ser el nuevo Robin, pero si puede tener potencial para ello y quiero que tú lo valores. Confío en tu criterio –dijo Bruce.

   –No entiendo como llegado este momento Dick te odiaba y no quería que reclutaras a otro niño, yo no te odio y al contrario estoy feliz de poder entrenarlo.

   –Tú siempre has sido distinto, tienes un carácter muy diferente. Contigo he podido ser brutal al entrenarte y no te lo has tomado personal.

   –La vida es brutal y el mundo puede ser muy cruel, pero bueno, evaluaré al posible Robin, supongo que es parte de mi trabajo como el actual Robin.


Timothy Drake, 9 años. Heredero
Tim llegó a la mansión Wayne y fue recibido por Jason quien le mostró todo el lugar, el niño practicaba Karate, Tae Kwon Do y Parkour, por ello en el gran salón donde estuvo alguna vez su guarida, Jason mandó crear un Dojo con todo el equipamiento para entrenar sin tener que bajar a la Baticueva.

   –La mansión es increíble, es tan vieja, parece un castillo –comentó Tim- Mi casa es mucho más moderna, contemporánea dice mi mamá. ¿Tienen lago privado verdad?

   –Si.

   –Wow, debe ser muy divertido nadar, esquiar, pescar ¿Tienen lancha o bote?

   –No, creo que nadie usa el lago –dijo Jason recordando que es un punto de acceso para el Batiavión - De hecho nunca hemos pasado tiempo ahí.

   –¿Nunca has ido? ¿Tienes 5 años viviendo aquí y no has ido? ¿Podemos ir? –pidió Tim.

   Durante las primeras dos semanas se dedicaron a divertirse, nadaron en el lago, descubrieron un pequeño acantilado de 8 metros desde donde se tiraron clavados. Alfred consiguió un pequeño pero lujoso yate para recorrerlo y equipo para esquiar. 

   También fueron al cine, a una feria y a dos parques de diversiones. Pasaron un día entero en la Plaza comercial de Jason haciendo compras, comiendo helados, crepas, fueron a los bolos, al mini golf, jugaron video juegos, hicieron parkour en el bosque de la mansión. Jason se dio cuenta de que toda su vida se la había tomado muy en serio, entrenando o trabajando, aunque encontraba satisfacción y diversión en ello, muy pocas veces en sus casi veinte años había dedicado verdadero tiempo al ocio.

   –Te la has pasado jugando, parecen los dos unos niños –comentó Bruce a Jason– Se supone que lo debes evaluar.

   –Tranquilo viejo, tengo todo bajo control –dijo Jason– No me vas a decir que no eso es lo que querías también,  nunca me he divertido y querías que lo hiciera, no he tenido vacaciones en toda mi vida.

   –Pero no abuses –dijo Bruce–Tienes que ser más responsable.

   –Tiene nueve años ¿qué se supone que haga con él? es un niño. Yo llegué aquí a los quince.

   –No han ocupado el Dojo.

   Al día siguiente Jason llevó a Tim al Dojo para entrenar, pasaron dos horas entrenando técnica, Tim era veloz, ágil y flexible, pero le faltaba fuerza y contundencia, había entrenado con instructores privados que temían meterse en problemas si el niño se lastimaba, en pocas palabras su entrenamiento era muy deficiente.

   Jason vestía un Karategui negro, con cinturón café, recientemente había obtenido su cinturón negro, pero le gustaba como se veía el contraste entre negro y café. Al terminar el entrenamiento se volteó para guardar el equipo en unos anaqueles empotrados en la pared, de la nada sintió un impacto en su entrepierna que lo hizo gritar, mas de sorpresa que de dolor, se dio cuenta de que Tim le había dado una patada por detrás en las pelotas.

   El muchacho se volteó para ver de frente a Tim quien no perdió oportunidad de darle al joven tres patadas frontales más en los huevos, Jason no las bloqueó, las recibió directamente, para él no eran unas patadas muy potentes.

   –¿Terminaste? –le dijo seriamente a Tim.

   –No caíste al suelo, al igual que Robin.

   –¿Qué sabes tú de Robin?

   –Lo sé todo, soy su fan número uno, Robin es mi superhéroe favorito, es famoso por golpear a los criminales en los huevos de formas muy creativas –explicó Tim– además resiste golpes en las bolas, cuando sea grande quiero ser como él.

   –¿No me habías dicho en estos días que cuando fueras grande querías ser como yo?

   –Si no logro ser como Robin, me conformaría con ser como tú –respondió el niño.

   –Primero me pegas en los huevos y luego hieres mi orgullo ¡Wow! –comentó Jason de forma burlona– ¡Eres un malote!

   –¿Por qué no caíste al piso? –preguntó Tim.

   –En primer lugar, entrené mi mente para tolerar el dolor en cualquier parte de mi cuerpo, no es que no sienta el dolor, se manejarlo y controlarlo. En segundo lugar no golpeas con fuerza o por lo menos no con la fuerza que se necesita para derribar a alguien como yo, ni a un hombre promedio lo hubieras derribado con ese golpe.

   –He pateado a todos mis entrenadores en los huevos varias veces, siempre por sorpresa y todos caen al piso y no saben que hacer, es divertido, tú eres el primero que no cae –comentó el niño con orgullo.

   –Tus golpes son débiles.

   –Tengo nueve años.

   –A tu edad yo golpeaba árboles y les dejaba marcas –respondió Jason con severidad– La edad no es excusa para ser débil. Te voy a dar una lección que no vas  a olvidar Timothy Jackson Drake.

   Jason se quitó el uwagi (chaqueta) quedando con el torso desnudo y se amarró el obi a la cintura, se acercó de forma agresiva y hostil contra Tim, comenzó a golpearlo y patearlo con fuerza, incluso le sacó el aire con una patada "¡Cúbrete!" "¡Levanta las manos!" "bloquea". Le gritaba todas las veces. Tim lograba bloquear o cubrirse de la mitad de los poderosos impactos de Jason quien se controlaba para no lastimarlo seriamente.

   –Cuando golpeas a un hombre adulto en los huevos y por lo que sea no cae, él se va a encabronar y se va lanzar furioso sobre ti. Por eso no debes golpear a nadie en lo huevos si no tienes la certeza de que lo vas a derribar o lo necesario para respaldar ese golpe –Jason continuo golpeando a Tim quien comenzó a querer llorar.

   –¿Vas a llorar cabroncito? ¿Te crees muy chingón por que golpeas en los huevos a hombres que trabajan para ti, que lo hacen para llevar un plato de comida a su familia, por que no tuvieron la fortuna de nacer en cuna de oro como tú? ¿Te da mucha risa eso?

   –Yo… no lo sabía –respondió Tim muy apenado– lo lamento.

   Jason recordó que para controlarlo, Dick utilizó la culpa al hacerlo sentir responsable de que le extirparan los testículos a Bruce, lo cual al final no fue verdad, pero si hizo que él bajara la guardia y ahora él hacia lo mismo con este niño.

   –Robin golpea en los huevos a sus enemigos por que es una forma eficiente de debilitarlos y tiene las habilidades para respaldar esos golpes, son parte de una estrategia de combate -explicó Jason– Si vas a atacar a un hombre en sus puntos débiles es únicamente por que corres peligro, jamás por diversión.

   Jason se sentía un poco hipócrita al decirle al niño esto, a él si le gustaba que lo golpearan en los huevos, especialmente Bárbara, pero estaba consciente de que eso era solo una característica suya, al hombre promedio no se le debe golpear en los huevos. Todd se acuclilló frente al niño que estaba tieso como tabla ante el regaño del joven.

   –Los puntos débiles del cuerpo humano son: Los ojos –Jason tocó los párpados del niño con sus dedos- La garganta –Jason tocó la garganta del niño con el borde de su palma– Las sienes- Jason tocó sus sienes con dos dedos flexionados– la boca del estómago –Jason tocó con su puño el plexo solar del niño– La nariz –Jason tocó las fosas nasales de Tim con la parte inferior de su palma– Todas las articulaciones –Jason las señaló cada una con sus dedos índice– y en el caso exclusivo del hombre, los huevos –dijo lanzando un potente golpe a la entrepierna del niño, deteniéndose justamente a un milímetro de tocarlo–Tim tragó saliva, su miedo y nerviosismo lo hacían sudar–Tienes suerte, Timothy, estoy de humor para entrenarte.

   Tim no comprendía la situación, las ultimas dos semanas Jason se había comportado como si fuera su mejor amigo y ahora lo estaba humillando.

   –¡Colócate de espaldas a mi! –ordenó Jason, Tim con temor lo obedeció– Si me acercó a querer sujetarte tienes que voltear y darme una patada de mula en los huevos ¿Puedes hacerlo! –preguntó agresivamente.

   –Supongo –dijo Jason.

   –Inténtalo –dijo Jason acercándosele por la espalda, Tim lo obedeció impactando su talón en los testículos del joven, pero no fue una patada fuerte

   –¡Hazlo con ganas carajo! Como si me odiaras y quisieras verme en el piso, con toda tu fuerza.

   En el segundo intento Tim golpeó mucho más fuerte las bolas de Jason

   –¡Más fuerte cabrón! –Tim comenzó a molestarse y en el tercer intento su patada fue brutal. Jason gritó y se agachó sujetando sus pelotas por varios segundos– Muy bien.

   En seguida, Jason rápidamente lo sujeto por la espalda antes de que Tim pudiera patearlo y lo levantó.

   –¿Qué vas hacer ahora? No pudiste usar tu patada de mula –Jason tenía al niño rodeado con sus brazos e inmovilizado contra su trabajado torso, comenzó a ejercer presión con los brazos, esto aplastó el cuerpo completo de Tim.

   –¡Me lastimas! –dijo Timothy

   –Ay si, ay si, me lastimas –arremedó Jason– No seas nena ¿Qué vas a hacer! –gritó Jason.

   Tim comenzó a sacudir los pies hasta que su talón tocó los testículos de Jason.

   –¡Muy bien! ahora golpea con fuerza –ordenó Jason– hasta que te suelte.

   Tim sentía dolor en el cuerpo, así que lo obedeció, lo golpeó con toda su fuerza cinco veces, todas ellas Jason se cimbró de dolor pero no aflojó el agarre, fue hasta la séptima patada que la presión disminuyó.

   –¿Ahora que vas  hacer? – preguntó Jason, un poco agitado– Aflojé mi agarre ¿que vas a hacer?

   Tim se giró quedando cara a cara con Jason y liberó sus brazos, le picó los ojos con fuerza, Jason gritó de dolor pero no lo soltó, aun lo tenía en sus brazos. Lo hacía para mantener al niño a la altura necesaria para que lo pudiera golpear en la cara y aplicar lo que le quería enseñar. Tim lo golpeó con la palma en la nariz, ésta comenzó a sangrar levemente, sus ojos lagrimearon, después lo golpeó en la garganta y Jason lo soltó y comenzó a toser y se le dificultó respirar.

   En ese momento Tim le soltó una potente patada frontal en los testículos que hizo que se tambaleara. Lo pateó cinco veces más hasta que Jason cayó de rodillas ante él, quedaron a una estatura similar, el niño le apretó los ojos con los pulgares, Jason utilizó sus manos para retirar la presión en sus ojos dejando desprotegidas sus gónadas, Tim lo pateó nuevamente en repetidas ocasiones, sus patadas eran poderosas.

   –¡Ya lo has entendido! –dijo Jason con voz ahogada, trató de gritar pero tenía herida la garganta– Basta ya.

   Jason tenía los párpados cerrados debido al daño en sus ojos. Tim no se detuvo, estaba enojado con Jason y envalentonado con la situación, así que comenzó a golpearlo en la cara y en las bolas sin parar, hasta que Jason se hartó, le sujetó la pierna lo hizo caer al piso y los sometió con su cuerpo, inmovilizándolo en el piso.

   –¡Te dije que basta! -repitió Jason con voz cortada por el estado de su garganta.

   –Está bien- respondió Tim

   Jason se puso de pie, seguía sin abrir los ojos. Tim se levantó también y trató de volver a atacar las bolas de Jason aprovechando su ceguera, pero el muchacho bloqueó fácilmente todos los golpes que el niño le lanzaba y lo mantuvo a distancia con fortísimas patadas en el abdomen y en la cabeza

   –¿Cómo puedes hacer eso sin ver? –preguntó Tim.

   –¿Aun no comprendes la diferencia de habilidad entre tú y yo? –Jason siempre había querido decir esa frase- ¿Qué aprendiste hoy?

   Tim miró a Jason, estaba agitado, ciego y se sujetaba con una mano las bolas y aun así se mantenía alerta. La postura de Jason le recordó totalmente a Robin, Tim conoció al superhéroe cuando ambos fueron secuestrados por el Guasón hace cuatro años.

   En ese momento confirmó sus sospechas originales, este chico que estaba frente a él no era otro que el Chico Maravilla que él tanto admiraba. Su héroe se había dejado golpear por él para enseñarle una valiosa lección.

   –Que debo golpear con más fuerza siempre y que solo debo atacar los puntos débiles de mis oponentes cuando este en verdadero peligro. Que esto no es un juego.

   –Muy bien –dijo Jason abriendo los ojos, veía borroso, pero realmente no había recibido mucho daño en la vista, quería lucirse frente al niño, por eso había mantenido los ojos cerrados– En un combate de vida o muerte puedes quedar ciego o perder movilidad en alguna extremidad, tú aun así, debes de seguir peleando y siempre mantener alerta todos tus sentidos.

   –Entendido –dijo Tim– No volveré a golpear a nadie en los huevos por diversión, siempre que golpeé lo haré con mayor fuerza y potencia.

   –Es extraño ¿Pensé que te molestarías conmigo? –dijo Jason quitándose  las vendas de los puños.

   –¿Bromeas? Es el mejor entrenamiento que he tenido, el que recibió la paliza fuiste tú –dijo Tim– Tú eres el mejor peleador de artes marciales que conozco, seguro le ganarías al pendejo de Robin a pelear.

   –Robin es el puto amo, yo jamás podría ganarle –respondió Jason– es el mejor superhéroe.

   –Robin se queda tonto al lado tuyo, de hecho si lo piensas bien, es el peor superhéroe, ni siquiera tiene poderes y depende de Batman–dijo Tim.

   –Por eso es aun más chido, sin poderes se enfrenta a todo. ¡Y no depende Batman! –gritó Jason raspando la voz con su garganta herida.

   –Si hasta tú lo podrías vencer, imagínate cuan débil es, ya no quiero a Robin, Robin es un perdedor, es basura, es menos que basura.

   Jason hizo un gesto de indignación y Tim comenzó a reír a carcajadas.

   –¿De qué te ríes?

   –Ya se que tú eres Robin, seguramente Bruce es Batman.

   El comentario del niño fue para Jason como un balde de agua helada, un escalofrío recorrió todo su cuerpo.

   –Eso es imposible, deja de imaginar cosas –respondió Jason.

   –Tú me salvaste hace cuatro años, el Guasón nos secuestró y nos llevó a un teatro –dijo Tim– desde entonces he estado obsesionado con Robin y si estoy aquí es por que quería confirmar mis sospechas. Mis padres me querían llevar a su viaje, pero yo les pedí quedarme, contigo, aquí, yo se los pedí.

   Jason no respondió, dejó que el niño hablara.

   –Tengo memoria fotográfica, si me concentro mucho en un recuerdo puedo traerlo a mi mente con detalle, entre más pienso en él, nuevos detalles vienen a mi  y soy capaz de ver cosas que no había visto al momento, no es un súper poder, estoy dentro de los rangos aceptables de un humano superdotado. He traído muchas veces a mi mente esa noche, repasado cada detalle, recuerdo tu rostro, aunque traías antifaz, recuerdo tu voz, recuerdo cuando me tomaste en brazos. Hemos convivido muchas veces en estas semanas y me has cargado y abrazado, te reconocería en cualquier lugar.

   –Así que eres un puto genio –expresó Jason– ¿A dónde vamos a llegar? cada nuevo Robin que llega es mejor que el anterior.

   –¿Nuevo Robin? –preguntó Tim.

   –No tiene caso hacerme pendejo y mentirte, tienes razón Tim, yo soy Robin, Bruce es Batman y Dick es Nightwing. Bruce quería que yo evaluara tus habilidades para convertirte en Robin.

   –¿En serio? –respondió emocionado el niño.

   –Yo tenía quince años cuando deduje quienes eran Bruce y Dick, tú tienes nueve años y ya lo hiciste. Sin duda eres más inteligente que yo en pensamiento deductivo y analítico, lo cual ya es decir mucho, pero eres definitivamente más débil en combate, tus habilidades peleando no son nada especial –explicó Jason– Dick es el mejor combatiente, pero no es tan listo y tú eres el más inteligente pero eres débil, yo soy la combinación perfecta de habilidades, soy definitivamente el mejor Robin.

   Tim sonrió con esa afirmación.

   –Tú siempre serás mi héroe favorito, siempre seré tu fan número uno, tú me salvaste la vida, tú eres el mejor –dijo Tim levantando sus dos pulgares- ¡eres el puto amo!

   ¿Era así como se sentía ser admirado por alguien? ¿Así se sentiría Dick? Jason se sentía pleno, se sentía feliz y al mismo tiempo sentía gran responsabilidad, se prometió nunca defraudar a este niño, un fuerte lazo de lealtad se había forjado entre ellos. Tim definitivamente era un hermano.

   Acordaron no decirle a Batman toda la verdad, Jason no compartió con Bruce el hecho de que el chico ya sabía que sería el nuevo Robin y sus identidades, pero definitivamente lo recomendó y le platicó de su memoria fotográfica y habilidades de combate, el niño aún tenia que crecer y mucho que entrenar, Jason se encargaría de ayudarlo, llegado el momento en un par de años se independizaría y le entregaría finalmente a Tim el manto de Robin, era un plan a largo plazo. Lamentablemente los planes pocas veces salen como uno espera.

   Semanas después, el avión que transportaba de regreso a los Drake explotó en el aire, muy cerca del aeropuerto de Ciudad Gótica, todos los tripulantes fallecieron, el Guasón se atribuyó el atentado en una transmisión en vivo.

   Timothy quedó devastado al perder a sus padres, ahora era un huérfano, Bruce, Dick y sobre todo Jason consolaron al niño y lo ayudaron a superar la tragedia, los dos jóvenes animaron al chico y le levantaron el animo. Le hicieron sentir que eran sus hermanos y que no estaba solo, que tenía una nueva familia.

NOTA: Este episodio esta relacionado con el episodio 7 Guasón.

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