Hijos de Bastian (1/3): amor fraternal - Las Bolas de Pablo

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22 mar 2020

Hijos de Bastian (1/3): amor fraternal


CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   DespuĆ©s de varios meses de estar separados GermĆ”n Chacón el hijo menor de Bastian decidió visitar a sus dos hermanos. Los tres estaban juntos.


   EfraĆ­n era el mayor. Un muchacho alto de cabello negro con barba recortada. El otro era MartĆ­n, tambiĆ©n de pelo negro y guapo.



   Los tres hermanos estaban jugando y bromeando.



   EfraĆ­n sonrió y se paró al lado de GermĆ”n, poniendo su brazo sobre el hombro de su hermano, querĆ­an decidir a dónde ir la noche del viernes y con quiĆ©n. 



   GermĆ”n vestĆ­a camisa blanca y jeans. Hizo una seƱal obcena con el dedo medio a su hermano mayor y sonrió. —No seas idiota, no volverĆ© a salir con la loca de Andreina, lo repito otra vez, es una puta ninfómana. PodrĆ­a contagiarme una enfermedad de transmisión sexual.



   EfraĆ­n se rió y le dio un codazo en las costillas. —¿Soy idiota por proponerte salir con Andreinita?



   GermĆ”n sonrió. —Solo un poco, EfraĆ­n, no puedes negar que...



   —SĆ­, EfraĆ­n —intervino MartĆ­n—. No puedes negar que Andreina tiene muy mala reputación.



   EfraĆ­n se rió—. SĆ­, claro, MartĆ­n, ¿eso lo dices en base a la vez que mamĆ” te consiguió en la alcoba con ella?



   GermĆ”n, EfraĆ­n y MartĆ­n se rieron.



   GermĆ”n miró a EfraĆ­n.



   EfraĆ­n se encogió de hombros. —El objetivo es salir de party el viernes y follar una vagina. Da igual si es Andreina o no. De todas formas ninguno de los tres se casarĆ” con ella.



   GermĆ”n puso los ojos en blanco y sonrió actuando con solemnidad. —Como pueden ser tan pocos galantes con la pobre niƱa.



   EfraĆ­n lo interrumpió con un golpe de revĆ©s en los huevos, haciendo que GermĆ”n se estremeciera.



   GermĆ”n le devolvió el cumplido con un juguetón golpe de revĆ©s.



   EfraĆ­n se echó a reĆ­r, se inclinó hacia un lado y agarró un buen puƱado de la entrepierna de GermĆ”n, apretando sus bolas con fuerza a travĆ©s de la tela de sus jeans, haciendo que GermĆ”n gimiera y se doblara.



   MartĆ­n se echó a reĆ­r. No era la primera vez que los tres hermanos se causaban daƱo en sus grandes testĆ­culos.


   GermĆ”n hizo una mueca cómica, frotando su entrepierna, —Hombre, EfraĆ­n, ten cuidado con tus sobrinos.



   —SĆ­, EfraĆ­n —dijo MartĆ­n con voz quejumbrosa, imitando a GermĆ”n—, ten cuidado con tus...



   GermĆ”n se rió y pateó al hermano del medio con fuerza en las huevas.



   MartĆ­n se dobló y aterrizó en el suelo.



   —Ay, marica —gimió MartĆ­n—. ¡Mis bolas!



   GermĆ”n y EfraĆ­n se rieron.



   MartĆ­n continuó gimiendo de dolor. —Los golpeaste a los dos de lleno. ¡Mierda! TenĆ­a planeado reunirme en una hora con Marcela.



   EfraĆ­n se rió. —¿Marcela? ¿La que me chupa la verga? ¡JA, JA, JA!



   —Carajo, me dejaste sin hijos —gruñó MartĆ­n, sosteniendo su entrepierna, haciendo muecas de dolor. Sin dar atención a los chistes de su hermano



   GermĆ”n y EfraĆ­n se rieron.



   —Vas a tener hijos, MartĆ­n —EfraĆ­n sonrió—. Simplemente van a ser tontos. Porque con una madre como Marcela no tendrĆ”n ni una gota de inteligencia y ni hablar de ti.



   Los tres muchachos se rieron.



   EfraĆ­n sonrió. Agarró a su hermano, lo sostuvo en una llave de cabeza.



   MartĆ­n chilló y trató de liberarse del hermano mayor.



   GermĆ”n se rió y caminó detrĆ”s de MartĆ­n. TenĆ­a las piernas ligeramente abiertas y se podĆ­a ver el bulto en su entrepierna...



   —Di adiós, MartĆ­n —sonrió GermĆ”n y lanzó una patada juguetona a la entrepierna de su hermano.



   MartĆ­n gritó de dolor, y EfraĆ­n lo soltó, permitiendo que cayera al suelo y se derrumbara, acurrucado en forma fetal, agarrando sus testĆ­culos.



   —Mis joyas —gimió.



   EfraĆ­n y GermĆ”n intercambiaron palmadas de manos.

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