Cabronazo - Las Bolas de Pablo

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24 mar 2020

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Cabronazo

CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

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   Farid estaba sentado en la biblioteca de la hacienda Chacón. El hombre barbudo sostenĆ­a un libro de notas mientras conversaba con su amigo Bastian sobre los proyectos a futuro. El hijo de Ć”rabes vestĆ­a un blue jeans que se ceƱƭa a sus gruesos muslos y una franela negra sin mangas.

   Bastian estaba cerca de Ć©l tomando una taza de cafĆ©. Afirmaba con la cabeza mientras se rascaba las lampiƱas piernas. TenĆ­a un pantalón corto y el torso desnudo.
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Resultado de encuesta

   ā€”Entonces como conclusión podemos seƱalar que te gusta mĆ”s mi planteamiento de los jóvenes Chacón versus los viejos, padres o tĆ­os.

   ā€”AsĆ­ es —dijo Bastian.

   ā€”ĀæAprobado Ć©se plan?

   ā€”AsĆ­ es —repitió Bastian.

   ā€”ĀæY cuando le daremos luz verde?
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   ā€”Desde ya —respondió Bastian—. Te darĆ© un listado de los hombres de mi familia, mis hermanos, otros primos, mis sobrinos, mi generación y la de relevo.

   ā€”Me gusta la idea —respondió Farid con mucha emoción—. Ya veo las peleas, luchas, los viejos contra los jóvenes, Āæquien ganarĆ”? Ja, ja, ja. Tu familia es muy extensa.

   ā€”SĆ­. Mi papĆ” fue un pica flor teniendo hijos aquĆ­, allĆ” y mĆ”s allĆ” —lanzó un suspiro—, maƱana a primera hora te entregarĆ© todos mis estudios del Ć”rbol genealógico familiar. Es como un inmenso Ć”rbol centenario con muchas ramas. Te encantarĆ”. He volcado mi experiencia en ciencias para el estudio de mi familia.

   ā€”Lo sĆ©. Toda tu familia es asombrosa. Hermanos y sobrinos. Y tus hijos no se quedan atrĆ”s.

   Bastian se sonó la garganta.

   ā€”ĀæMis hijos? ĀæNo los pensarĆ”s incluir en tu proyecto o sĆ­? Y espero que a mi tampoco, soy tu amigo. Tu compadre, sabes que mis testĆ­culos son de vidrio.

   Farid se echó a reĆ­r con mucha gracia.

   ā€”Tus hijos estarĆ”n en el proyecto sólo si ellos quieren. Y tĆŗ tambiĆ©n serĆ”s parte de Ć©l pero a la fuerza.

   Farid sonrió ampliamente y Bastian colocó sus manos como barrera ante sus desprotegidos cojones.

   ā€”No me gustan las peleas —declaró.

   ā€”El proyecto Farid: generaciones, te encantarĆ” —el hijo de Ć”rabes soltó otra risa.

   ā€”Te darĆ© una recomendación —dijo Bastian—. Al darte los datos de los hombres de mi familia: hermanos, primos, tĆ­os, hijos y nietos con edades actas para pelear. DeberĆ”s entrevistarte con ellos como una especie de casting y conformar tu grupo de jóvenes contra vieja escuela.

   Farid afirmaba con la cabeza.

   ā€”Sólo espero —continuó Bastian mirĆ”ndole a los ojos—. No ser parte de Ć©se proyecto.

   Farid se echó a reĆ­r.

   ā€”SerĆ”s el primero.

   Bastian dio un gemido.

   ā€”ĀæCómo a cuĆ”ntos hombres crees que usarĆ”s?

   ā€”QuizĆ”s cinco u ocho hombres en cada grupo. No lo he pensado.

   ā€”Creo que entre menos personas tendrĆ”s resultados efectivos.

   ā€”Pero entre mĆ”s —indicó Farid—, son mĆ”s bolas por ver triturar. SerĆ” genial ver los huevos reventar.

   Bastian suspiró y comentó:

   ā€”Y estudiar a las muestras antes del proyecto.

   ā€”No lo entiendo. ĀæQuĆ© quieres decir?

   ā€”Si vas a convocar a mi hermano Marcos no te recomiendo que del lado de jóvenes uses a Pablo. Ya ves como es de de celoso con su familia. Imagina que en un ataque de ira porque Marcos pierda contra uno de los hijos de mi hermano Wilcar, Pablo le rompa los huevos en venganza a su tĆ­o.

   ā€”Ja, ja, ja. Eso es lo que hace mĆ”s divertido mi proyecto. Bueno, Simón o Israel no son descartables.

   ā€”Para los padres que tienen muchos hijos no tener a los muchachos en el otro equipo, serĆ­a letal.

   Farid dobló la mirada al cielo.

   ā€”CuĆ©ntame del papĆ” del vaquero RomĆ”n, me dijiste que recientemente su novia, una jovencita le parió un bebĆ©. Que viejo tan desubicado es tu hermano.

   Bastian se echó a reĆ­r. 

   ā€”SĆ­, asĆ­ somos los Chacón unos sementales.

   ā€”Quiero entrevistarme con el padre de RomĆ”n. Y con el vaquero tambiĆ©n.

   Bastian hizo una sonrisa forzada. Preocupado por sus genitales de cristal y porque alguno de sus alocados tres hijos quisiera ser parte de ese proyecto sin pies ni cabeza.

   ā€”Me irĆ© a dormir, amigo —declaró bostezando y levantĆ”ndose del asiento—. MaƱana te entrego una copia de mi archivo.

   ā€”La espero con ansias, amigo.

   Bastian se despidió de su amigo y se dispuso a abandonar la oficina. Se detuvo a medio camino. —Hey, Farid, espera. Olvido algo. —se dio la vuelta y regresó con su amigo en el sofa—. En cuanto al otro dĆ­a... —levantó la pierna y estampó la planta del pie en la entrepierna del desprevenido Farid—. Esto es en venganza por lo que me hiciste el otro dĆ­a cuando medimos nuestras vergas —Chacón movió la planta del pie como si se tratase de un cigarrillo.

   ā€”AAAAAH, AH, AHHHH, AY, AY, AY. Ā”MIS BOLAS!

   ā€”Aquel dĆ­a me atacaste a traición, cabrón.

   Bastian empujó toda la fuerza de su cuerpo en la planta del pie que pisaba los desdichados testĆ­culos de Farid.

   ā€”Amigo, amigo. Por favor, aparta, aparta.

   Farid intentaba quitar la pierna de Bastian lejos de sus joyas que perdĆ­an su forma ovalada. Su cara estaba echa una mueca y su frente arrugada. Como Ćŗltimo recurso estiró el brazo hacia los huevos de Bastian en su pantalón corto.

   Chacón abrió los ojos de sorpresa y a tiempo atrapó la furtiva mano de Farid.

   ā€”Ay, ĀæquĆ© pretendĆ­as, cabronazo? ĀæJoderme las pelotas? 

   Bastian apretó los dientes y afincó con mĆ”s fuerza su pie logrando que los ojos de Farid se voltearan volviĆ©ndose blancos.

   ā€”Aparte de pito chico —se reĆ­a Bastian—, eres un traidor. Ā”Toma!

   ā€”Ā”OHHHHH! Ā”ORGGGG!

   Con un Ćŗltimo pisotón Bastian dejó de aplastar las bolas de Farid quiĆ©n enseguida se dobló metiendo sus manos dentro del pantalón para consolar sus pobres joyas de familia con todos sus dedos. GemĆ­a como un animal herido.
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   Bastian se apartó de Ć©l sin preocuparse por la carpa de circo que se habĆ­a hecho en su pantalón con su erección.

   ā€”Ā”Cabronazo! —le repitió a Farid.

   El hijo de Ć”rabes gimió. Se levantó del sofĆ” y caminó lentamente en dirección a la salida. Caminaba con las piernas abiertas lo que le causó gracia a Bastian.

   Farid empezó a susurrar en el idioma de sus padres y por el tono no parecĆ­an ser una lluvia de bendiciones para Bastian.

   ā€”ĀæQuĆ© dices? —preguntó Bastian.

   Su amigo no le respondió y sin embargo continuó con la ola de insultos arabescos mientras salĆ­a de la oficina.

   Bastian tomó impulso corriendo tras de Ć©l y con la fuerza necesaria lo pateó en medio de sus piernas abiertas.
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   ā€”Ā”AAAAAAAAAAAAH! —gritó Farid elevĆ”ndose en el aire y abriendo mucho los ojos.

   No hay nada mĆ”s doloroso que ser pateado en las bolas desde atrĆ”s.

   Cuando Farid tocó piso no pudo mantenerse de pie y cayó al suelo agarrĆ”ndose las pelotas con ambas manos y revolcĆ”ndose de dolor de un lado a otro. ParecĆ­a que iba a limpiar el suelo mientras lidiaba y se acostumbraba al dolor proveniente de sus bolas.

   Bastian se echó a reĆ­r. Se limpió las manos y comentó.

   ā€”Es malo insultar en un idioma que tu receptor no conoce, Ā”cabronazo! 

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