Bastian y Farid conversaban en la oficina mientras respondían unos mensajes por redes sociales de algunos seguidores.
—Veo que los muchachos tomaron muy mal la información que les diste hace dos días —comunicó Farid.
—¿El qué? —interrogó Bastian subiendo cómicamente una ceja.
—Del puntaje en el proyecto Bastian. El primer grupo que obtenga 20 puntos o más es el ganador y con ello se decreta el final de tu programa.
—Sí, veo que si. Entre ellos se desarrolló una buena camaradería, Chacón y comunes.
Farid afirmó con la cabeza, desvío la mirada al suelo y apuntó una propuesta que desde semanas atrás daba vueltas en un cabeza.
—Pues yo tengo un nuevo proyecto en mente son dos. Quiero saber tu opinión y si lo podríamos poner en acción.
—¿A qué te refieres? —Bastian apartó la vista definitivamente de la computadora de escritorio y se concentró en su amigo.
—Bueno, básicamente es un proyecto de pelea sólo que en dos de ellos cambian los participantes.
—No entiendo, quiero saber. Aunque creo que los sistemas de pelea están trillado y la gente se puede aburrir. Pero, dime.
—Un show de pelea. Mi primera propuesta es los hijos Chacón peleando con los padres.
—¿Estás mal de la cabeza? No le voy a romper los huevos a ninguno de mis hijos... Germán, Efraín o Martín.
—No, gran bobo. Pero establecer un ciclo de peleas. Los diferentes sobrinos contra sus tíos. Un día pudiera ser Pablo contra ti, y al otro Germán luchando contra Gaspar, y otro día Lucas Chacón versus Marcos. Se dividen en equipo de jóvenes contra viejos a ver quien tiene las mejores bolas.
—Me parece razonable y divertido. Jóvenes contra viejos.
—Sí —afirmó Bastian.
—Aunque también podríamos darle un ligero cambio se conforman equipos con tantos participantes supongamos tres. Ya sean hijos, padres y sobrinos juntos contra otros miembros y se hace un sistema de peleas con eliminatorias.
Bastian afirmó con la cabeza.
—Supongamos un equipo conformado por Pablo, Horacio y Marcos y se enfrenta a Bastian, Dereck y Román.
Bastian instintivamente se cubrió la entrepierna.
—Eh, si algo así.
—Me gusta pero también tenía otra idea muy parecida a la anterior —dijo Farid—. Los padres e hijos Chacón luchando contra padres e hijos de los comunes.
Bastian se rió y le brillaron los ojos.
—También está súper tu idea. Me gusta también. Están muy buenas.
—¿Cual escogemos?
Bastian inclinó a un lado su cabeza todas les gustaba para divertirse y tener conocimientos en su fase de estudios en la genética familiar.
—Vamos a pensarlo por unos días y la próxima semana volvemos a reunirnos para tener una definitiva y comenzar los preparativos. Pero insisto que aunque las luchas son excitantes a veces las personas se aburren. Podríamos hacer un sistema de retos... viejos Chacón contra sus hijos o retos para los Chacones viejos y jovenes conra los comunes. Retos y pruebas, competencias.
Farid afirmó con la cabeza mostrando una sonrisa de oreja a oreja.
Volverían a centrarse en los correos de fanáticos cuando escucharon risas y pasos acercándose al despacho. Sin anunciarse la puerta fue abierta y apareció Pablo acompañado de David, Jean, Camilo e Ignacio.
—¿A qué se debe tanto alboroto? —interrogó Bastian.
—Estamos furiosos —dijo el rubio Ignacio—. Hace muchos días no hay una prueba interesante en el proyecto y desde que anunciaste la fase final deseamos completarla con retos interesantes como lo era en su inicio.
—¿Sí? ¿Y qué carajo opinan los caballeros? Estabamos pensando para reinventarnos.
—Queremos un reto aquí y ahora —dijo Pablo–. Por dos puntos en el tablero.
—¿Sí? Soy todo oídos.
—Pues, Bastian —habló Camilo logrando suprimir una risa—. Estábamos comentando sobre el tamaño de nuestros penes.
—Donde sólo yo soy el supremo ganador —alegó Jean.
Ignacio fulminó su socarronería dándole un puñetazo en los testículos que lo hizo quejarse, saltar y doblarse agarrando sus joyas familiares.
—Y pues —comentó Ignacio—. Llegamos a un punto donde no sabíamos como determinar un ganador entre dos concursantes que se vinieron a nuestra mente.
—¿Sí? ¿Y de quién se trata?
—Ustedes —respondió Pablo. Tanto Bastian como Farid se quedaron mirando, los dos eran buenos para rivalizar entre sí a pesar de su buena amistad—. Y como tenemos un buen tiempo libre por qué no salir de dudas por 2 puntos en el tablero.
—Estoy interesado —alegó Farid. Conocedor de cuán débil era Bastian de sus testículos.
Bastian lo miró incómodo. Enojado por inmiscuirse profundamente en su proyecto.
—¿De qué se trata el reto? —preguntó.
—El tamaño de sus vergas —dijo Camilo—. Quien de ustedes la tiene más grande estando erecta.
Con eso Bastian sonrió y Farid arrugó el ceño pues era conocedor de la buena dotación de los Chacón, aunque él no se arrepentía del buen tamaño de su miembro. Había visto a Bastian desnudo antes pero él también tenía una buena pija, aunque nunca compararon sus pollas.
—Hecho —confirmó Bastian parándose.
—Está bien —dijo Farid sin dejarse intimidar levantándose del asiento.
Los dos buenos amigos empezaron a desabrocharse el pantalón. Farid sonrió muy confiado abriendo su pantalón el cual ya se veía muy abultado. Bastian metió la mano dentro de su calzoncillos.
Los dos machos mostraron sus bellos genitales, uno con las gónadas más grandes y colgantes que el otro y ambas pollas tan duras como el fierro.
Bastian miró a Farid echando el prepucio de su pene para atrás y mostrar su hermoso glande color rosa.
Farid dio una mirada pícara. Su pene parecía tan grande como el de su amigo. ¿Quien podía ser el ganador? De echo parecían penes gemelos. .
—Sabía que ocurriría —confirmó Camilo, extrayendo del bolsillo del pantalón una cinta métrica. Con ello se confirmó que la cinta no era lo que hacía ver grande el área cercana a los bolsillos.
Pablo sonrió recibiendo el instrumento de medida. Se inclinó y con cuidado colocó la cinta desde la base de la polla de Bastian hasta el glande. Román y Camilo se acercaron para contemplar el resultado.
—18 centímetros exactos —leyó Pablo dejando a un lado el venoso miembro de su tío—, ahora vamos contigo, amigo Farid.
El barbudo sonrió y colocó sus manos detrás de la espalda mientras su pene estaba erguido como un militar. Apuntando al techo.
Pablo ejecutó el mismo procedimiento echo con Bastian.
—Parece que tenemos un ganador —determinó, lo cual hizo enorgullecer al hijo de árabes—. Aquí se lee 17,7 centímetros. Lo siento Farid, por décimas mi tío te ha ganado.
—¡¿Qué?! NO PUEDE SER.
Hubo una algarabía de emoción entre los miembros Chacón ahí presentes. Incluyendo a Bastian que brincaba haciendo rebotar sus bolas y la polla.
—No puede ser, ¡carajo! ¿Cómo que unas décimas? ¡No!
Bastian continuaba orgulloso de mostrarse ganador, batía su falo de lado a lado y en todas direcciones. Y con tono altanero le preguntó a su amigo:
—¿A ver, Farid? ¿Cuántos puntos otorgaría el ganador en este reto?
Farid apretó el puño con el orgullo herido y lleno de rabia. Reaccion´o lanzando una fortisima patada a Bastian en las bolas que lo hizo saltar del piso con la mirada perdida y la boca abierta. Cuando tocó el suelo, no pudo estarse de pie y cayó revolcándose del dolor y con ambas manos acunándose las fauleadas bolas que le empezaron a palpitar. Con ello gruesas lágrimas escaparon de sus ojos mientras se quejaba como niña. Los Chacón acudieron en su ayuda. Mientras los comunes respaldaron a Farid y se acercaron a él felicitándolo por su reacción y manoseando sus genitales.
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