Horacio quiere un hijo (1/3): - Las Bolas de Pablo

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9 mar 2020

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Horacio quiere un hijo (1/3):

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CONTIENE
SEXO HETEROEXUAL
BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
4 años atrÔs fue la primera aparición de Horacio en el blog, a continuación les dejo el link y mÔs abajo el nuevo relato:
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 Horacio jadeaba mientras las Ćŗltimas gruesas gotas de semen caliente y blanco escapaban de su pene para resbalar por un diminuto frasco dónde se mezclarĆ­a con otro generoso charco de la espermĆ”tica sustancia. El guapo varón hijo de Wilcar Chacón cerró el envase y se limpió las empegostadas manos con un trapo y luego apartó el sudor de su cuadrada cara. Colocó en pausa el video sexual casero que proyectaba la televisión y como un loco enamorado besó la pantalla que proyectaba la imagen de su rubia esposa teniendo sexo con Ć©l.


   Horacio apagó el televisor y se vistió Ćŗnicamente con un ajustado boxer. Agarró el envase repleto de la leche fabricada por sus bolas y salió de su habitación. Se encontraba en la hacienda Chacón donde se desarrollaba el proyecto Bastian.


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   El joven de cabellos negros caminó por los solitarios pasillos nocturnos dirigiĆ©ndose a la habitación que su cientĆ­fico tĆ­o habĆ­a dispuesto para sus estudios (si se pudiesen describir como profesionales).



   Y ahĆ­ estaba Bastian, su imagen distaba de la tradición, y aunque vestĆ­a de manera informal tenĆ­a unos grandes lentes de lectura y guantes.



   ā€”AcĆ” estĆ” la segunda muestra —indicó Horacio.



   Bastian la sostuvo y aƱadió con su habitual gracia.



   ā€”ReciĆ©n ordeƱada... como todo un semental.



   Horacio sonrió se estaba haciendo una prueba de calidad espermĆ”tica para determinar si Ć©l o su esposa tenĆ­an problemas de fertilidad. Aunque ya en una ocasión Bastian le habĆ­a asegurado que ningĆŗn hombre Chacón tenĆ­a o iba a tener problemas para concebir.



   ā€”ĀæCuando tendrĆ”s el resultado? —quiso saber Horacio.



   ā€”MaƱana.



   ā€”TĆ­o, no podrĆ© soportar tanto tiempo.



   ā€”Hombre, has aguantado tantos aƱos casado con tu esposa. No podrĆ­as esperar un tiempo mĆ”s. Aunque ya te jurĆ© que nunca ha existido un Chacón con los huevos secos. Y tĆŗ no vas a ser la excepción, tonto.



   Horacio lanzó un suspiro.



   ā€”ĀæHas estado haciendo la tarea con tu esposa, cierto? Picarón.



   Horacio sonrió.



   ā€”Pues sĆ­, mi querido sobrino. Si me lo permites me gustarĆ­a evaluar a tu mujer. Ella debe ser la del problema. ĀæHan considerado adoptar?



   Horacio se aclaró la garganta.



   ā€”No... porque quiero un hijo propio.



   Bastian afirmó con la cabeza resguardando la muestra de su sobrino.



   ā€”En la familia uno de tus tantos primos es adoptado...



   ā€”Lo sĆ©.



   ā€”Jerónimo y su esposa intentaban e intentaban y no podĆ­an tener un hijo. Resignados adoptaron... con el tiempo y con mi ayuda nacieron los hermosos varones de huevos grandes Chacón.



   Horacio y Bastian se rieron.


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   Amaba a su esposa, todavĆ­a recordaba la Ćŗltima vez que tuvieron sexo semanas atrĆ”s. Donde Horacio optó por quedarse seco al estar con ella. Y es que desde que estuvo en sus Ćŗltimas vacaciones y cada vez que tenĆ­a un tiempo libre para estar con ella juntos hacĆ­an la excitante faena para poder concebir el ansiado hijo.



   Horacio sonrió a su esposa y se arrodilló ante ella. Bajó su apretada tanga que se pegaba a sus finos labios vaginales y se dedicó a probar con su boca y lengua cada pliego de piel.



   La rubia Beatriz cerró los ojos al sentir el Ć©xtasis que se generaba en su entrepierna gracias a los besos y lengüetazos de su marido. Entre las paredes de esa pequeƱa habitación se repetĆ­an los gemidos de placer que le provocaba Horacio a su mujer. El hombre probaba y saboreaba con deleite la vagina de Beatriz. PodĆ­a decirse que era un matrimonio que se amaba y apoyaba mutuamente. Hubo un tiempo en el que ninguno conseguĆ­a trabajo, entonces decidieron crear una academia de educación sexual. 

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   Horacio subió por su cuerpo, besando apasionadamente, recorrió los pechos y cuello de su mujer, sus labios tocaron cada zona que le erizaban la piel a Beatriz. Su pene estaba duro y tieso como palo. Beatriz le acarició los grandes pechos y despuĆ©s se inclinó y le lamió el pene.



   ā€”Oh, asĆ­, asĆ­, mi amor. Que buena eres. No te olvides de mis bolas.



   Beatriz continuó con los ojos cerrados saboreando los pliegues de aquella reciĆ©n lavada verga. Su lengua empapaba al pene de cabeza rosaba. DespuĆ©s le dedicó unos segundos a masajear y besar sus testĆ­culos.



   Horacio se sentó en un respaldo y BeatrĆ­z se subió sobre Ć©l, acomodĆ”ndose sobre su pene. El hijo Wilcar Chacón empezó a penetrarla entre besos, caricias y jadeos placenteros.



   ā€”Quiero que me aprietes las bolas —le pidió Horacio—, quiero vaciar toda mi leche en ti hasta que no quede nada. Todo mi semen debe ser quedar en tu interior.



   Beatriz afirmó con la cabeza pero acto seguido mordió el hombro de su amado sintiendo como su pedazo de pene la abrĆ­a por dentro partiendola de placer.



   Extasiado Horacio empezó a jadear fuertemente moviendo su cadera cada vez mĆ”s rapido, compaginando el ritmo de sus embestidas en su esposa.



   ā€”Haz... hazlo. Estoy a punto de acabar.



   Horacio se echó hacia adelante abrazando muy duro a su esposa. Beatriz arqueó la esplada para poder estirar su cuerpo y tener mejor alcance sobre las grandes toronjas de su macho.



   Apretó los testĆ­culos con mucha fuerza. Horacio lanzó un potente gruƱido que se confundĆ­a con su dolor y su placer sexual.


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   La rubia empezó a sentir el semen caliente de su marido empaparle la entrepierna. Apretó con toda su fuerza las bolas de Horacio que estaban elevadas.



   Horacio gritó apretando los dientes. Sus testĆ­culos fueron liberados y Ć©l se quedó quieto eyaculando sus Ćŗltimas gotas en el interior de su mujer.



   En la actualidad Horacio miraba sus muestras de semen.



   ā€”Te has quedado callado, sobrino, y mostrĆ”ndome una grosera erección.



   Horacio se rió y le dijo que estaba recordando a su esposa. Bastian se rió y le indicó:



   ā€”IrĆ© a dormir, maƱana a esta hora tendremos tus resultados.



   Horacio afirmó con la cabeza, finalmente la prueba arrojarĆ­a resultados mĆ”s que satisfactorios. Era un hombre con infinitas potencias para concebir con semen de alta calidad.

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