THE SIDEKICK (14/15): ORÁCULO - Las Bolas de Pablo

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16 mar 2020

THE SIDEKICK (14/15): ORÁCULO


   Jason abandonó su interfaz telepática y dedicó los últimos tres años de su vida, no solo a combatir el crimen, sino a crear su propia compañía multimillonaria “Rosso”, la cual era muy exitosa y le permitía trabajar en un nuevo proyecto secreto, un software de espionaje global para facilitar el trabajo no solo de Batman, también de la Liga de la Justicia.

   El proyecto Oráculo tenía como objetivo controlar cada dispositivo de comunicación y video vigilancia en el mundo, lo cual permitiría localizar a cualquier persona en cualquier parte y recabar todo tipo información sin limite, además de navegar e interpretar información de la deep web a una velocidad increíble, el desarrollo del software para tales fines era una labor titánica, pero ¿quien mejor que un Titan para llevarla acabo? es un proyecto personal en el cual ha invertido decenas de millones de su propio dinero con el fin de venderlo a Industrias Wayne por un precio justo de mercado, solo como formalidad.

   Jason compró un gran terreno y construyó una lujosa plaza comercial en una de las zonas más caras de ciudad gótica, tan solo para construir un gigantesco sótano de varios niveles bajo éste, donde se encuentra todo el complejo que alberga las instalaciones de Oráculo, sus exitosos negocios financian el proyecto. Bruce desconoce los detalles, pero sabe que Jason esta construyendo algo grande por su cuenta, durante todos estos años él jamás le ha pedido un favor monetario a diferencia de Dick quien suele depender mucho de Industrias Wayne para financiar su operaciones.
                                                           
   La única persona con la que Jason ha compartido los pormenores de Oráculo es su muy querida Bárbara Gordon, quien a sus veintidós años ha madurado y ya sabe guardar uno que otro secreto, además de ser también una hábil programadora.

   Tras el fallecimiento de los Drake, Jason quiso dar caza al Guasón, estaba muy molesto por lo que su chiste había provocado a su nuevo hermano menor. Bruce trató de persuadirlo para que no se obsesionara y no lo tomara personal, pero Jason era extremadamente terco cuando algo se le metía en la cabeza, milagrosamente Batman lo consiguió y Jason cesó de su idea de rastrear al Guasón utilizando Oráculo.

   La situación empeoró unas semanas después, el Guasón secuestró al comisionado Gordon, pero al hacerlo le disparó a Bárbara dejándola irremediablemente paralítica. Jason se molestó con Bruce por haberle convencido de abandonar la cacería, de no haberlo hecho, Jason podía haber prevenido que esta nueva tragedia ocurriera.

   –Quisiera poder decir que es tu culpa por convencerme, pero realmente es mi culpa por hacerte caso –dijo secamente Jason a Bruce en el hospital.

   –No estoy de humor para tus reproches Jason, tenemos que rescatar a Jim –dijo Bruce.

   –¿Me puedes decir qué vas a hacer con él cuando todo termine? –preguntó Jason.

   –¿Otra vez con lo mismo Jason? Pensé que lo habías entendido, no lo voy a asesinar.

   –¿Lo vas a dejar vivir? ¿después de lo que ha hecho a nuestra familia? ¿a Tim? ¿a Bárbara? ¿a Jim? –preguntó Jason en voz baja pero con furia.

   –Decidir eso no nos corresponde. Nuestra obligación es entregarlo a las autoridades.

   –¡Se ha escapado de Arkham cinco veces desde que soy Robin! Si tú no lo quieres matar, bien por ti, solo espero que no me estorbes –dijo Jason mirando fijamente al aire– ya lo decidí.

   –Jason no ves las cosas con claridad, no dejes que tus sentimientos te corrompan –dijo  Bruce tocando su pecho, el chico le retiró la mano agresivamente.

   –No Bruce, por primera vez veo las cosas más claras que nunca. La omisión también es un pecado, al no hacer nada estamos obrando mal, cuando los buenos no hacen nada, los malos ganan, hacer el bien no es suficiente, nunca lo fue. Alguien tiene que tomar la decisión y atreverse, alguien tiene que romper ese maldito código moral.

   –Quedas relevado como Robin, no me vas a acompañar en esta misión –suspiró Bruce– Llamaré a Dick

   –No Bruce, el que queda relevado eres tú, tú no me vas acompañar a mi, ni me vas a estorbar –dijo Jason y se marchó.

   Con la versión beta de Oráculo, Jason rastreó fácilmente tanto la ubicación del payaso como el lugar donde tenía secuestrado al comisionado Gordon. Eran dos ubicaciones diferentes, en extremos opuestos de Ciudad Gótica. Jason decidió avisar a Batman donde estaba el comisionado para ir entonces a por el Guasón, sin interrupciones. Hacia ya algunas semanas que Jason había escaneado por su cuenta su cuerpo y retirado tres rastreadores que Bruce le había implantado, tres ¿pueden creerlo? Además usaba un nuevo traje de combate que era principalmente rojo.

   El Guasón estaba en un complejo de edificios abandonados, definitivamente era su guarida. Un séquito de doscientos hombres rodeaban el lugar, todos alerta con armas de fuego y bates de beisbol. El lugar era una fortaleza. Jason envidió por un instante los recursos con los que Batman contaba, llegar con el Batiavion desde arriba lanzando uno que otro misil sería perfecto para capturar al payaso en dos minutos o menos, pero bueno, lo tendría que hacer a la antigua.

   Jason identificó el punto con menor seguridad y se lanzó a pelear cuerpo a cuerpo con todos y cada uno de los hombres del payaso, esquivando balas con agilidad y acrobacia y haciendo uso de cada gadget y dispositivo a su alcance: cuerdas, batarangs y por su puesto su bastón con punta que dominaba a la perfección y que se podía dividir transversalmente para crear dos armas, logró abrirse paso. 

   Cual si fuera un invencible héroe protagonista en película de acción, Robin logró vencer a doscientos hombres, ese era el nivel al que había llegado después de años de entrenamiento y misiones. Era un hombre que podía vencer él solo a un ejército completo.

   –Estaba esperando que vinieras –dijo el Guasón cuando estuvieron frente a frente– ¿y bien? ¿qué esperas para asesinarme?

   Jason se dispuso a usar su afilado bastón como una lanza que atravesaría al Guasón, se colocó en posición, abrió el compas, flexionó el torso y extendió el brazo para tomar impulso. De pronto sintió un impacto en su entrepierna, bajó la mirada y vio un desproporcionado mazo de metal bajo sus bolas, el objeto lo golpeó de lleno en los huevos, aun con la protección de su traje, logró sentir un ligero dolor. Era Harley Quinn quien había llegado sigilosamente por detrás.


   –¿Eres estúpida? Mientras tenga mi traje tengo protección.

   –No jajajaja, el estúpido eres tú –dijo ella sonriendo como desquiciada, Jason escuchó unos pitidos agudos en su entrepierna y una pequeña bomba dentro del mazo explotó. El impacto de la explosión lo  elevó dos metros en el aire, su hombría hubiera quedado desecha de no ser por el traje que quedó destrozado en toda el área, de la cintura a las rodillas Jason estaba desnudo y ahora gateando en el piso.

   La chica comenzó a golpearlo con un bate de metal en el cuerpo y en la cabeza, Jason se rodó con una marometa, tomó distancia y se puso de pie. Harley llevaba un pantalón ajustado negro, una blusa horrenda y un saco viejo. Ella trató de golpearlo con el bate, el acortó distancia, sujetó su brazo, le torció la mano y la hizo soltar el arma, ella aprovechó la proximidad para conectarle tres rodillazos en sus expuestos testículos. Jason gruñó y frunció levemente el ceño, pero no se sintió afectado por estos golpes.

   Los dos intercambiaron puñetazos, patadas y algunas llaves que le torcieron los brazos a Jason, si algo sabía hacer Quinn era lastimar articulaciones del cuerpo. El Guasón disfrutaba de la función sentado en una silla con las piernas cruzadas, al lado tenía un mesa con un maletín lleno de dinero que estaba contando y un revolver totalmente cargado.

   Quinn colocó sus piernas alrededor de su cuello y tomando impulso lo derribó al piso y comenzó a asfixiarlo. Con mucho esfuerzo Jason logró girar su cabeza y cuerpo para evitar ser asfixiado, metió su mano entre sus piernas y aflojó el agarre para liberarse y de inmediato volvió a ponerse de pie.

   Continuaron peleando, durante la riña la chica sujetó sus expuestas bolas y las comenzó a apretar con fuerza, Jason engarzó su brazo con el de ella para aproximar su cuerpo al suyo y comenzó a soltarle cabezazos hasta que la aturdió, posteriormente con una poderosa patada le sacó el aire y con otra patada giratoria al mentón la chica quedó tirada en el piso inconsciente.

   –¡Ay se acabó la diversión! –dijo el Guasón– era obvio, mi pastelito no es rival para tus magníficas habilidades y tus atributos… –el Guasón miraba la entrepierna de Jason levantando las cejas– sin duda tienes una genética privilegiada –comentó y comenzó a reír.

   Jason se acercó dispuesto a pelear con él, pero el payaso no tenía intenciones de luchar, sumisamente extendió sus manos para que lo amarrara. Jason lo ató a la silla con las manos en la espalda y también le amarró las piernas.

   –Mi pastelito se perdió.

   Jason volteó y Harley Quinn había desaparecido. El chico tuvo la inequívoca sensación de que había caído en una terrible trampa.

   En ese momento del techo cayó un imponente hombre con capa negra. Era Batman. El Guasón miró el revolver que había sobre la mesa, Jason siguió su mirada y lo tomó.

   –Jason, no lo hagas –dijo Batman– este no eres tú.

   –No tienes nada que hacer aquí ¿y Jim? –dijo Jason apuntando el revolver a la cabeza del Guasón.

   –Envié a Nightwing a rescatarlo para poder venir aquí, no puedo permitir que hagas esto –dijo Batman.

   –Te importa mucho su vida.

   –Me importas tú, no tienes idea de las consecuencias que asesinarlo tendría para ti.

   –¿Por qué no le cuentas de esas consecuencias? –dijo el Guasón y comenzó a reír a carcajadas.

   –Él asesinó a los padres de Tim y dejó paralítica a Bárbara –dijo Jason– ¿Qué mas esperas que nos haga?

   –Y lo hice con toda la alevosía y premeditación, para lastimar a ese mocoso que rescataste hace cuatro años y sobre todo a ti Jason Peter Todd –dijo el Guasón– Si no me matas aquí y ahora, te voy a destruiiiir. ¿O debería llamarte Jason Peter…?

   –¡Cierra la boca! –gritó Batman.

   –¡Ups! parece que hice enojar al murciélago.

   –¿Qué significa esto? –preguntó Jason.

   –No lo escuches Jason, suelta el arma y vuelve conmigo a la mansión –dijo Batman– te contaré todo.

   –Los Drake ¿ya eran amigos de Bruce cuando tú llegaste o él se acercó a ellos después del incidente en el teatro? –preguntó el Guasón y Jason recordó que efectivamente hace cinco años los Drake no figuraban en el círculo íntimo de Bruce Wayne– el murciélago le echó el ojo al niño de la misma forma que te lo echó a ti.

   –Jason deja esa arma, esto no tiene sentido.

   –¿Nunca te preguntaste por qué Dick se distanció de Batman? ¿Por qué él no quería que te convirtieras en Robin? ¿Qué fue lo que descubrió que lo hizo odiarlo? ¿Por qué el hijo perfecto que admira tanto a su mentor se alejó de él? Tú crees que Batman es un filántropo que recoge huérfanos prodigio desinteresadamente, pero no es así. Tú ni siquiera eres huérfano –el Guasón comenzó a reír– tu madre biológica aun vive.

   –No es cierto –respondió Jason.

   –Adivina quien lo ha sabido siempre y quien lo descubrió hace algunos años y ninguno de los dos te dijo nada –el Guasón comenzó a reír tanto que hasta comenzó a toser y se le fue el aliento.

   –¡Bruuuce? –gritó Jason esperando que el murciélago le diera una respuesta.

   –Mi intención siempre ha sido protegerte. De eso no debes tener duda. Vuelve conmigo a la mansión.

   –Él te mantuvo alejado de tu madre todo este tiempo y te mantuvo bajo su control en ese orfanato ¿te has preguntado por qué te dejaban hacer lo que querías? ¿por qué todos guardaban su distancia contigo? Tú ibas a ser el primer Robin, fuiste criado como ganado por Bruce Wayne, como un marrano que se engorda para el matadero. Pero cuando cumpliste seis años, Bruce se topó con Dick, el niño de doce años que trágicamente perdió a sus padres y lo adoptó y terminó siendo el primer Robin.

   Jason recordó claramente las palabras que Dick le dijo la primera vez que lo vio en el orfanato:

No lo idealices, no lo idolatres, él no lo merece, Bruce no es perfecto, es poderoso, impone, si, pero está muy jodido y además… si solo… si pudieras verte como yo te veo Jason, te darías cuenta de que lo tienes todo, puedes crecer y ser brillante por tu cuenta, alejado de él

   –Dick, Dick, Dick, Dick, Dick, Dick –Comenzó a repetir Jason, estaba totalmente fuera de si– él lo sabía, lo supo todo este tiempo y no me dijo nada. Él no pudo haberme… él no… él no… 



   Jason cayó de rodillas.  Batman quiso acercarse pero apenas dio un paso, Jason levantó el arma y la apuntó hacia el Guasón.

   –Te traicionaron, los dos te traicionaron –gritó el Guasón.

   Jason recordó lo que él mismo le había dicho a Bruce hace unas semanas sobre cuidar de Tim Drake:

No entiendo como llegado este momento Dick te odiaba y no quería que reclutaras a otro niño, yo no te odio y al contrario estoy feliz de poder entrenarlo”

   Ahora lo entendía, Dick lo sabía, por eso odiaba a Bruce... por que se enteró que separó a un niño de su madre, pero ¿qué cambió? ¿por qué lo perdonó? ¿por qué se reconciliaron?

    Durante la crisis (con Trigón) pudimos conversarlo y ahora estamos bien”

   Eso fue todo lo que Dick le dijo. Hay algo más, debe haber algo más, un secreto aun peor capaz de justificar este, Dick también lo sabe, Bruce lo sabe y ninguno le dijo nada.

   -¿POR QUÉ! –gritó Jason mientras se ponía de pie y caminó hacia Batman sin dejar de apuntar al Guasón– ¿POR QUÉ!... ¿POR QUÉ!... ¿Por qué tuve que enterarme por su asquerosa boca? ¿Por qué ahora? ¿Por qué aquí? ¿Por qué frente a él? ¡Qué tengo el pito al aire! ¿Por qué se tiene que reír de mi? Pudiste decírmelo, soy un adulto, y no te atrevas a reírte Bruce Wayne, la próxima semana cumplo veinte años, soy un adulto ¿Por qué chingada madre? ¿POR QUÉ?

   –Créeme que lo lamento, nunca encontré el momento adecuado para contártelo, no es algo fácil de decir –dijo Bruce– acepto que me equivoqué.

   –¡Mátame! –comenzó a gritar el Guasón– Lo merezco, mátame, yo mate a los Drake, deje paralítica a tu novia, ¡Mátame!

   –No lo escuches –dijo Bruce– Tú no eres así, tú eres mejor que esto.

   –Él te ha controlado toda tu vida, te convirtió en lo que quiso, demuéstrale que él no te controla, que él no te domina, demuéstraselo, ¡Mátame! ¡Mátame y sabrás en este instante toda la verdad! ¡Tú eres como yo!

   –Tú eres un buen chico, Jason, tú has creado tu propia fortuna, tú has controlado tu vida y has hecho lo mejor con ella, no lo arruines.

   –¿Quién es él para decidir lo que tú eres? ha manipulado toda tu vida, ahora te quiere seguir manipulando, ¿Quieres ser libre? ¡Mátame! ¡Mátame! preparé ese revolver para ti. ¡Ten huevos y mátame!

   -Jason, escúchame no lo hagas.

   -¡Jala del gatillo! ¡No dudes! ¡Cumple tu destino!

   –Jason por favor, eres la persona más razonable que conozco, razona.

   Jason comenzó a hartarse de estarlos escuchando, se sintió aturdido y la cabeza comenzó a dolerle, estaba emocionalmente devastado y psicológicamente destruido, la familia en la que él se apoyaba era una mentira, las personas que él más amaba lo habían traicionado y el hijo de perra causante de todo estaba ahí, vivo y sonriente. Alguien tenía que pagar por esto, alguien tenía que sufrir por hacerlo sufrir.

   Jason apuntó el revolver hacia el pecho de Batman y jaló el gatillo en múltiples ocasiones hasta vaciar el arma. Aun vacía siguió jalando del gatillo desesperadamente, estaba totalmente fuera de control. El traje de Batman recibió todos los impactos y Bruce no recibió daño alguno. Jason  arrojó el arma al piso, estaba encorvado y cabizbajo.

   –Tú ganas como siempre, yo no puedo, no pude y nunca podré –le dijo Jason con lágrimas en los ojos– Solo ten muy claro lo siguiente: De cualquier muerte que él cometa de aquí en adelante, de la próxima persona que el payaso asesine, ¡tú vas a ser el culpable! –Jason suspiró– y también yo… por no haberlo asesinado aquí y ahora.

   El Guasón comenzó a reír como si se le acabara de ocurrir una retorcida broma.

   –Eres un verdadero héroe Jason, que nadie te haga sentir lo contrario –dijo Batman.

   –¡Guárdate tus putas palabras! ¡Eres una mierda! No quiero saber nada más de ti, no voy a volver a la mansión –Jason caminó hacia la salida, estaba llorando y la boca le temblaba mientras hablaba– Yo renuncio a esta mierda de ser superhéroe, yo renuncio a esta mierda que es Robin –se arrancó la insignia de su  pecho y la tiró al piso– yo renunció a esta mierda que alguna vez llamé “mi famila” –el chico comenzó a llorar desconsolado– No me busques, ni tú, ni el cabrón pocos huevos de Dick ¡los aborrezco! ¡los odio! ¡Malditos perros hijos de mil perras! Los maldigo y los odio.

   El rostro desencajado de Jason, su postura, sus lágrimas, Bruce supo en ese momento que Jason estaba quebrado y no volvería a ser el mismo. El Guasón lo había destruido y lo peor aun estaba por venir.



NOTA: Las frases y sucesos que recuerda Jason, ocurrieron en el episodio 1, episodio 6, episodio 7 y episodio 13.

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