Esta idea de relato la tenía en mi cabeza desde hace muchísimos años, sólo que por alguna extraña razón no me había propuesto crearla. Decidí solicitar la ayuda de ZATN, a quien tan de buena manera se le da el argot científico en la saga de Verónica y verdaderamente esta historia es la que buscaba. Gracias ZATN por plasmarla. Aquí el inicio de los hombres Chacón.
ESCRITO POR: ZATN
ESCRITO POR: ZATN
Contiene Sexo Heterosexual, así como Ballbusting M/M y F/M.
Septiembre de 1916.
Valdemar Augusto Chacón, nacido en 1895 en Venezuela, vivía en el estado Apure con su esposa Amalia Burgos, una bella mujer dos años menor que él.
La pareja vivía en una pequeña parcela rural que Valdemar atendía con su esfuerzo diario, en sus 3 años de casados, tenían una hija de nombre Antonia Chacón. El padre la consentía, pero también anhelaba una familia más numerosa, y con integrantes varones.
Una noche el matrimonio disfrutaba de la pasión. Amalia adoraba a su fornido marido, cuyo cuerpo criado en el campo se notaba más que atlético, pero lo que encantaba a la esposa era el largo pene de Valdemar.
El varón levantó con facilidad a su mujer y la colocó contra una de las paredes de la habitación… Apuntó su miembro y casi saltando se lo clavó en la vagina, casi hasta el cuello del útero; Su garrote no le daba descanso y la puyaba sin cesar, cada empuje generaba en Amalia un leve grito.
La mujer no soportaba más y le suplicó bajara el ritmo; Valdemar le hizo caso, pero la volteó, quedando ahora Amalia de espaldas al muro, el macho aprovechó y hundió la cabeza contra su pecho, enseguida empezó a chupar con fuerza sus pezones… el estímulo adicional aceleraba el placer de la mujer, quien no tardaría en venirse.
Luego de morderle el pezón, Amalia gritó de placer, más aun cuando Valdemar redobló la velocidad en la penetrada a su coño…
… La cabeza le dio vueltas y se vino, él simultáneamente también se corrió, hinchándole la vagina con su descarga. Finalmente al sacar el pene su acumulada corrida salió expulsada a presión.
Valdemar retomó aliento y se sentó en la cama, con una mano enseñó su nuevamente erecta polla… quería que se la chupara, y la sonriente mujer lo haría con gusto.
Arrodillada le empezó a lamer la verga, con la punta de la lengua le estimulaba el frenillo y bajaba por el tronco hasta los testículos. Sus medianas pelotas casi brincaban ante el placer, Amalia siempre se divertía jugando con los huevos de su marido… disfrutaba la suavidad de su escroto, junto a la perfecta y ovalada forma…los masajeaba con su lengua y se llenaba la boca con esos huevos.
Regresó al pene, succionaba la punta queriendo sacar el esperma de sus testículos, no tardó Valdemar en sentir el rico cosquilleó y empujo el miembro hasta el fondo de su garganta. Los chorros de leche casi hicieron trasbocar a Amalia, quien aun así deglutió lo más que pudo.
Valdemar estaba satisfecho y sonriente, la polla perdió rápidamente su dureza, y quedo flácida, aun goteando semen… Se decidió acostar listo a tomar el sueño.
Amalia se recostó sobre su fornido pecho y le dijo:
No te vayas, que ha de ser de nuestra hija y de mí?.
—Mujer ya te lo he dicho, le hice una promesa a mi compadre Pedro, soy hombre de palabra y cumpliré.
—Pero… — No la dejó terminar.
—Se las he dejado muy encargadas a mi primo Arístides, él y su mujer velaran por ustedes, me han prometido que nada les faltará.
—No es solo el dinero, Dios no quiera que te pase algo malo.
—Estaré bien mujer, tú sabes que yo estuve de muchacho con mi tío Maximiliano, él era capitán de la tropa de Caracas, por él se disparar y pelear, no te preocupes.
—Maldito el día que conociste a Pedro!
—NO digas eso, Pedro me salvó la vida y le estoy en deuda.
Valdemar se refería a una noche de hace 5 años, cuando el por entonces adolescente Chacón estaba siendo golpeado por dos hombres. Valdemar era un soltero empedernido y desvirgaba a jovencitas de su edad. Pero el meterse con la hija de un terrateniente le ganó un serio problema.
En medio del campo, los dos sujetos le estaban dando una paliza, mientras uno le sostenía por la espalda, el otro le daba justo contra su rostro…
…Valdemar pensó que le darían muerte ese día, los sujetos estaban decididos a hacerle daño en verdad.
Fue entonces cuando apareció el desconocido Pedro Sánchez-Carrero. El joven de 18 años, siempre fue de evitar las injusticias, y ver a dos golpeando a un chico fue mucho para no hacer algo…
…Con piedra en mano atacó al hombre que retenía a Valdemar; La sorpresa cundió en los agresores, y ya libre, Valdemar contratacó con una potente patada en los testículos contra quien estaba frente a él, arrancándole un alarido.
La patada de Chacón aplastó las pelotas del sujeto, quien enseguida se fue al suelo…debilitado no pudo hacer más que recibir puntapiés del enfadado Valdemar.
Desde ese día Valdemar se hizo amigo de Pedro y le juro un día pagarle por la ayuda… El joven Sánchez-Carrero le había salvado la vida esa jornada.
—Eso me lo has contado muchas veces… —retomó la conversación Amalia —… Des huevaste al tipo que te estaba pegando, y bien hecho que le diste donde más les duele a ustedes, porque ese tipo era un gran cobarde; Aunque ese problema te lo ganaste por andar de picaflor.
—Pero mi compadre me salvó la vida.
—Y le agradezco… Aun así mi amor, No quiero que te marches.
La conversación terminó ahí, Valdemar ya había tomado su decisión y era inamovible, le dio un beso en la frente a Amalia y se acostó de medio lado, tomando sueño pronto.
Al día siguiente, el hombre Chacón tomaba rumbo a la capital del país junto a Pedro, ambos tenían como destino Europa… la Europa inmersa en la gran guerra (iniciada en 1914)…
…Y es que Pedro y Valdemar se habían enlistado en la Legión Extranjera francesa. Para su amigo era algo familiar... su fallecido padre de origen español, le había inculcado la vida militar, y si bien era parte de las tropas nacionales acantonadas en Apure, su instinto de lucha le instó a buscar la gloria como su padre, y ésta se hallaba en Europa, en el frente francés… Valdemar se sintió obligado a ir con él para ayudarle en su peligrosa aventura, de esa manera pagaría su deuda… Y así dos venezolanos partían rumbo a Paris.
1917.
El año 1917 fue duro para los dos venezolanos, adaptarse en un ambiente extraño y hostil, incluido el idioma fue difícil, pero la valentía de los amigos, le llevó a ser reconocidos entre sus compañeros, además siempre había algunos soldados españoles voluntarios que si hablaban el francés y les servían de intérpretes.
Lo peor para Valdemar fue el enterarse que Pedro murió en batalla; Habían sido enviados a mitad de año a batallones diferentes, y en diciembre, su amigo Pedro caía en un ataque alemán… un ataque producido por una nueva arma química del enemigo, el Gas mostaza!
También conocido como mostaza sulfurada (bis(2-cloroetil)sulfano), el gas mostaza era un agente químico causante de asfixia en los expuestos.
En un fragmento de carta enviada a Amalia, Valdemar comenta:
“Aun no me recupero de la pérdida de Pedro, mi compadre descansa en paz, pero aquí no se ve paz todavía, los gringos entraron en la guerra hace poco, eso es bueno porque podría acelerar el fin … pero en Rusia las cosas van de mal en peor… Oh Dios, Amalia, te extraño… por donde veo no hay más que muerte, el norte de Francia es una gigantesca tumba”.
1918.
En primavera de 1918, se daba una nueva ofensiva alemana, Valdemar estaba en pleno combate cuando el enemigo sobrepasó las defensas y cayeron sobre su trinchera. En medio del caos, una explosión de granada, le aturdió, perdiendo su arma.
Un soldado de infantería alemán, ya sin munición, se abalanzó contra Valdemar, alcanzándole con su bayoneta en la cadera derecha, El venezolano se quejó, viendo la muerte ante sus ojos, pero la puñalada no había sido mortal… el duro hueso de su cadera detuvo el agudo metal… al parecer una dieta a base de yuca, maíz, plátano y más alimentos del rural sudamericano, habían fortalecido sus huesos, impidiendo la penetración a órganos más vitales.
El alemán vio fracasado su primero intento y tras retirar la punta afilada, embistió nuevamente, ahora contra el más blando abdomen de Valdemar… Pronto su vísceras caerían al piso, precedidas de un chorro de sangre… Pero éste logró sujetar el filo de la bayoneta con sus dos manos… por un instante quedaron uno frente al otro, en un duelo de fuerzas, el germano tratando de apuñalarle y Valdemar intentando salvar su vida.
De pronto el alemán cambió de táctica y proyectó su dura bota contra la desprotegida entrepierna de Valdemar.
AAAAAAhh!!!! — gritó el varón Chacón, al sentir como sus testículos eran comprimidos contra su cuerpo, en el acto se derrumbó al suelo sosteniendo sus pelotas.
El alemán sonriente, elevó su arma y lanzó un grito de guerra:
—Verflucht!
Proyectó el filo contra el indefenso venezolano, Valdemar vio su fin llegar, pensó en Amalia y en su hija Antonia, no las vería más…
… Pero de pronto otra hoja de bayoneta aparecía en el estómago del alemán… alguien por detrás le había atravesado, el arma fue retirada y el alemán cayó muerto en el acto.
Era un soldado francés quien le salvaba y le tendía la mano.
La situación se estabilizó, y sus compañeros hicieron retroceder al enemigo; Valdemar agradeció al francés, y fue rápidamente evacuado al hospital de campaña…su herida no era de cirugía mayor, solo unos 40 puntos de sutura, Pero debía tener cuidado y reposo para evitar una gangrena, muy frecuente en aquellos antihigiénicos lares.
Unos días después sucedió algo extraño en el hospital, un sujeto muy bien vestido observaba a los pacientes, mientras leía sus expedientes, luego de su recorrido comenzó a apuntar a varios pacientes, mientras dos enfermeros a su lado tomaban nota…
…Valdemar observó como el extraño individuo le observaba de lejos, Fue entonces cuando apuntó hacía él, enseguida salió de la sala y los enfermeros comenzaron a escribir en papeles… pronto se le informó a los señalados, incluido el venezolano, su transferencia a Inglaterra… el destino de todos: Porton Down.
Luego se enterarían que el visitante era Sir Joseph Barcroft, un fisiólogo británico de 46 años, conocido por sus estudios de la oxigenación de la sangre, pero desde el inicio de la guerra y especialmente luego que los alemanes usaran gases asfixiantes, Estaba a cargo del desarrollo de armas químicas para el Reino Unido.
Porton Down estaba ubicado cerca de Salisbury. Desde 1915 era el lugar de investigación militar más secretas del Reino Unido, principalmente el estudio para el desarrollo de gases tóxicos para usar en el frente; Barcroft necesitaba “voluntarios” para sus experimentos con tóxicos y el origen sudamericano de Valdemar fue lo que llamó la atención del científico… Anhelaba conocer la reacción en otra raza aparte de la europea, de aquellas inhumanas sustancias y tanto africanos como sudamericanos servirían en sus estudios.
Los seleccionados al saber de un buen pago por sus servicios parecían contentos, además por su convalecencia no podrían ir al frente en muchos meses… Si podían ayudar de otra forma a crear armas contra los alemanes estarían complacidos.
Valdemar se enteró que Barcroft buscaba conocer mejor el efecto del gas mostaza en los humanos y descubrir nuevas variaciones a este gas, muchos de los “voluntarios” renegaron del experimento, pero de entre los que aceptaron todo, estuvo el venezolano…
…Su amigo Pedro había muerto asfixiado por el gas mostaza, y el ayudaría a mejorar este compuesto y así encontrar una arma para ganar la guerra.
Barcroft a diario saludaba a los voluntarios, un día apartó a Valdemar del grupo, quería realizar un experimento particular en el venezolano… de hecho su nacionalidad era lo que buscaba el británico al elegirlo… quería saber cómo se comportaba la mostaza nitrogenada, un derivado del gas mostaza en una raza mezclada con indígenas.
Valdemar se dejaba inyectar sustancias y sus efectos en él, eran diversos, pero en adelante se centraría el experimento en los cambios genitales ante el uso de aquel nuevo compuesto.
Margaret Simmons era una enfermera de 40 años, había sido voluntaria y laboraba como asistente en el laboratorio de estudios fisiológicos, dirigidos por Barcroft; Era casada, pero su esposo era un oficial de origen español, cómo luchaba al servicio de los británicos estaba en el frente francés. La fiel mujer decidió involucrarse como asistente y para el caso era muy útil, por su matrimonio la Margaret hablaba el español en buen nivel.
Valdemar simpatizaba con la enfermera, pues era la única mujer que veía desde que llegó a Porton Down.
—AAAAAYYYYYY!!!!! —gritó Valdemar cuando la aguja entraba en su escroto, inyectando la extraña y experimental sustancia.
El dolor fue inaudito, previamente atado a su camilla, Valdemar se retorcía… sus pelotas parecían arder en brasas.
—Os lo lamento, es necesario, las ß-haloalquilaminas debe ser aplicadas localmente,
—Porque me meten eso?
—Ya os lo explicó el Doctor Barcroft, debemos saber que efecto tienen las ß-haloalquilaminas en la fertilidad y desempeño genital, soportad el dolor, os prometo que daré una píldora analgésica.
Valdemar contuvo un nuevo grito, jadeaba como loco y su temperatura se elevó. La enfermera le colocó paños fríos en la frente y uno en el escroto enrojecido.
El varón recordó la conversación de ayer con Barcroft, traducida por la enfermera:
—Las mostazas nitrogenadas o ß-haloalquilaminas son potentes irritantes que dañan vuestra piel, vuestros ojos y vuestras vías respiratorias, entran en las células del cuerpo y dañan el sistema inmunológico y la médula ósea, entre otros efectos. Entiende usted?, entonces el objetivo del susodicho estudio, es conocer el efecto real en sistemas específicos del cuerpo, en vuestro caso será el aparato reproductor masculino.
—Me va a poner a respirar eso? —Valdemar miro a la enfermera, esperando que ella tradujera la respuesta del científico, pero ella respondió de una vez:
—No señor Chacón, por debajo de 21 °C el compuesto pasa a fase líquida, se ve como un líquido color ámbar y de textura oleosa. Eso se le inyectará en vuestros testículos.
Barcroft le dio un leve empujón a la enfermera… quería que le dijera algo más, pero ella parecía apenada en exponerlo.
—También debe darnos una muestra de sangre y… y masturbarse.
—Masturbarme?
—Si caballero, necesitamos una muestra de vuestro semen, previa al inicio de la inyección.
Durante la noche tras la inoculación, Valdemar sentía una fuerte comezón en su escroto… era como si sus bolas se moviesen sin cesar y por más que se rascaba, la comezón no disminuía… ya de madrugada le despertó una incomodidad, le dolían los testículos, sentía su escroto estirándose, como si se lo jalaran. Alguna vez Amalia le tiro de su escroto a petición suya (para ponerlo más contento en la intimidad), claro que el tironcillo fue leve, ahora los tirones aumentaban en fuerza… Valdemar se decidió a distraer y pensó en su esposa… finamente la molestia bajó en intensidad y pudo dormir.
Al día siguiente.
Las gónadas del voluntario habían crecido unas 5 veces su tamaño normal…Valdemar estaba impactado, incluso asustado… que le habían hecho en sus pelotas?… le fastidiaron la fertilidad.
Barcroft fue llamado y analizó los órganos viriles del venezolano. También tomó una nueva muestra de sangre. El científico calmó la ansiedad del voluntario, asegurándole que primero debía analizar las muestras para decirle con certeza las consecuencias directas de la hipertrofia testicular.
—Me siento raro… la cabeza me da vueltas doctor.
El comentario no fue atendido por Barcroft, quien analizándolas muestras tendría respuestas
El doctor y la enfermera charlaron en privado:
—Que le ocurrió doctor?, nunca había visto testículos tan grandes… además me parece que el pene también le creció, claro no tanto como sus gónadas.
—Hay una mutación, era lo que esperaba, pero no a nivel macrosómico, la hipertrofia gonadal es muy peculiar a la observación.
—Sabía que esto le pasaría?
—Podía suceder, el compuesto pueden reaccionar con el ADN, por ser rico en centros nucleofílicos, especialmente el átomo de nitrógeno de la posición 7 de la guanina; Gracias a la acción de las ß-haloalquilaminas se da la formación de enlaces covalentes cruzados con un resto de guanina de cada una de las hebras de ADN, produciéndose una distorsión, eso lleva a la mutación.
Margaret no entendió nada de lo expresado por el fisiólogo, sólo movía la cabeza asintiendo.
—Necesito que tome una nueva muestra de semen, veamos qué cambios hay en sus espermatozoides.
Minutos después, Margaret entregó un frasco de muestra a Valdemar, quien comenzó a masturbarse; El hombre pensaba en su querida Amalia, en cómo la hacía gritar de gusto cada noche.
Mientras tanto Margaret se había quedado tras una próxima cortina, observaba curiosa como Valdemar se masturbaba, le veía por detrás… En ese ángulo y con las piernas separadas, observaba claramente como sus gigantescas bolas se balanceaban de adelante a atrás… la enfermera se ruborizaba, ella tenía marido y le fue fiel toda su vida, pero simplemente los actuales dotes del venezolano eran imposibles de no ver.
Valdemar jadeó y se vino, calmó su respiración y le entregó el frasco a la encargada… Margaret se asombró al detallar el frasco prácticamente lleno de esperma… una eyaculación mucho mayor a la expulsada el día anterior.
Vino el análisis…
La enfermera observa a Barcroft mirar por el microscopio, ella toma nota a lo que expresaba:
—La motilidad espermática se ha visto incrementada, con respecto a pruebas previas. El volumen de semen en mucho mayor, triplicando la eyaculación pre inoculación de las ß-haloalquilaminas.
—Eso me sorprendió doctor, fueron 20 cc de semen, y tengo entendido que lo normal son de 3 a10 cc.
—En efecto señora Simmons.
—Estoy segura que aún debe tener mucha reserva, es que son muy grandes sus pelotas.
—Testículos, señora Simmons.
—Perdón, eso quise decir.
El científico tomó una pausa y continuó.
—Todos los indicadores de vitalidad y virilidad masculina parecen elevados… por des fortuna no sabemos el efecto en la fertilidad, a menos que tengamos a una mujer en el experimento para ser embarazada.
—A mí no me mire! — Margaret se encarnó.
—Claro que no mi señora, usted es casada, además aún no me dan permiso en el alto mando del ejército para avanzar a tales etapas.
Mientras los expertos charlaban, Valdemar se masturbaba de nuevo, la cabeza le daba vueltas y tenía unas infinitas ganas de fornicar… sentía la imperiosa necesidad de eyacular, o se volvería loco… Jadeaba con intensidad, hasta que soltó otro chorro de leche caliente. Se sentó mientras el resto de esperma caía por el tronco peneano hasta sus bolas.
Continuó la conversación entre la señora Simmons y Barcroft.
—Lo que más me sorprende es la muestra de sangre, llegó el resultado químico, sus niveles de testosterona están demasiado elevados.
—Cómo así doctor?
—Verá usted, los resultados de esta prueba se indican en nanogramos por decilitro (ng/dL). Los niveles de testosterona normales son de 280 a 1,100 ng/dL para los hombres y de 15 a 70 ng/dL para las mujeres… Los del voluntario están en 4,000 ng/dL
—Y eso que significa?
—A eso se le llama un Pico de Testosterona y puede causar alteraciones.
—Qué clase de alteraciones?
—No lo sé aún, físicamente podría haber cambios, y de ocurrir podría suceder en semanas, pero a mi parecer habría una regresión, y sus testículos podrían volver a su tamaño normal, con el tiempo; Mas a corto plazo... lo que me preocupa es alguna alteración en su comportamiento.
—Comportamiento?, no entiendo.
—Mire, le explicaré, la testosterona es la hormona masculina de la sexualidad, niveles altos pueden desencadenar cuadros de híper excitabilidad, así como agresión y hasta violencia sexual.
—Dios mío, que no le pase nada.
—Necesitaré un psicólogo para que lo evalúe, que venga mañana.
Por la tarde sucedería algo inesperado.
Margaret se acercó a tomar los signos vitales de Valdemar, pero el hombre tenía la mirada perdida.
—Que os ocurre?, os sentid bien?
—Yo… yo estoy…
No pudo articular palabra porque la saliva salía de su boca sin control. De pronto sus ojos se abrieron y observó a la enfermera de una manera peligrosa… Margaret temió y decidió alejarse… El hombre Chacón fue tras ella y la agarró de un brazo proyectándola contra la pared.
—Aaaaahhh! —gritó de vergüenza Margaret, cuando Valdemar se retiraba el calzoncillo dejando al aire sus enormes bolas, y un pene completamente erecto…
Valdemar estaba fuera de sí… pretendía acceder carnalmente a la enfermera… su apetito sexual iba más allá de la masturbación, necesitaba penetrar una vagina.
El venezolano rompió la blusa de la mujer dejando su corsé al aire, Margaret se cubrió los senos… Valdemar quería arrancarle la prenda íntima y acceder a sus tetas.
Barcroft apareció en el lugar y trató de alejar al desnudo macho venezolano de la dama.
—Pero que haces?, Déjala!
—Largo, viejo!
Valdemar sin esfuerzo lanzó al doctor contra una camilla. Enseguida volvió con la mujer, levantándole el vestido, los esfuerzo de Margaret por detenerle eran inútiles.
—Noooo!!! —La mujer estaba a punto de llorar ante la inminente violación.
—Te deseo mami…. vas a ser mía, te aseguro que te gustará… mis hembras siempre lo han gozado.
—Get out of me!!
En ese instante se escuchó un fuerte ruido… Barcroft tenía en su bolsillo un silbato, y lo usaba para pedir ayuda del guardia en la entrada del lugar.
El sonido hizo que el excitado Valdemar volteara a ver, cesando un instante en su ultraje a Margaret, la pausa en la agresión le dio tiempo a la mujer de defenderse…
…Desesperada lanzó golpes con sus manos contra el fuerte varón, quien retomó la agresión tomándola de las manos… De repente Margaret levantó la rodilla justo contra los desnudos y enormes testículos del venezolano.
Era su defensa final para evitar ser violada.
La rodilla de la mujer aplastó contra el cuerpo las toronjas que colgaban entre las piernas del venezolano, quien abrió los ojos y soltó un alarido:
De inmediato se alejó de la agresora, y se cubrió los testículos doblándose a la mitad.
—AAAuuuu!!!! —Se quejó Valdemar quien nunca había sentido tanto dolor…sus testículos dolían como el diablo.
Un instante después terminó en el suelo frente a la asustada Margaret, se ubicó en posición fetal.
El extrañado varón comenzó a ver borroso, varias veces en su vida le habían golpeado los huevos, pero nunca sintió tanto dolor… la verdad estaba a punto de perder el sentido…
…Y era una mujer la que casi le hacía desmayar, Pero por que?, sería por sus bolas enormes?, debía ser eso, pues Margaret tenía 3 veces menos fuerza que el soldado alemán que lo pateó en el frente de batalla, y ni ante él, vio cercana la pérdida del sentido, Esta débil enfermera casi lo logra y con solo un golpe.
Tanto Barcroft como Margaret supieron que el venezolano estaba vencido, no se levantaría pronto, la enfermera no salía de su asombro, se había defendido con éxito, evitando ser violada.
Finalmente aparecía el guardia de apellido Sutter, quien con una mirada rápida entendió que ocurría… una mujer con el vestido roto y manos cruzadas cubriendo sus pechos, y en el suelo un varón desnudo… Un varón con el pene erecto.
El soldado enrojeció de ira, tomó su bastón y avanzó contra el caído sujeto.
El primer golpe de bastón cayó sobre la clavícula izquierda de Valdemar, quien se retorció aún más, eso sí, sin soltar sus dolidas pelotas, un segundo y un tercer bastonazo, provocaron una inesperada reacción en el venezolano… su furia se salió de control y sacando fuerzas de algún lado, se lanzó de cabeza contra el estómago del soldado.
El fuerte golpe le sacó el aire y le hizo soltar el bastón. Enseguida Valdemar le tomó de los hombros y le enterró un rodillazo en los testículos
—AAAAHH!!!! —Un quejido soltó el soldado, quien se cubrió las pelotas y trató de retroceder.
Los testigos estaban paralizados observando la pelea. Valdemar derribó de un puñetazo al rival, y tras sentársele encima, comenzó a darle golpes de puño al rostro, el venezolano estaba fuera de sí...
…Pero el soldado pudo reaccionar, en cierto momento vengó su hombría, al lanzar un puño contra la entrepierna del atacante, dándole fácilmente en sus colosales testículos.
—AAAAAAAARRRRRRR!!!! —Rugió Valdemar, quien enseguida se le quitó de encima y una vez más estaba en posición fetal, y con la vista ensombrecida.
A pesar del dolor, extrañamente el pene del hombre Chacón no perdía su dureza…cuando el incorporado soldado le vio el pene erguido, se enfadó y soltó un puntapié contra los genitales del venezolano, la punta de la bota maltrató los protectores dedos, haciendo que por reflejo doloroso retirara las manos…
… Era lo que quería el soldado, y con rabia le dio un brutal pisotón en los testículos a Valdemar…
El hombre del estado Apure abrió la boca, pero no salió sonido alguno, enseguida torció los ojos y se desmayó.
De poco le sirvió la inconsciencia, pues sin enterarse, el soldado volvió a aplastar esos grandes cojones… como queriendo destriparlos.
El brutal ataque hace que Margaret se cubra la boca, mientras Barcroft está seguro de la castración que acaba de sufrir el enloquecido “voluntario”.
Pero el ataque genital no paró, un tercer pisotón a la virilidad del desmayado hombre, no calmó al iracundo soldado.
En su interior, Margaret se escandalizó ante lo brutal del ataque.
Barcroft estaba inmóvil observado, no daba para reaccionar.
—Stop… — Alcanzó a decir Margaret, aun temblando.
El soldado continuó pisoteando las gónadas del venezolano… de pronto la mujer se arrojó encima de Valdemar, protegiéndole de los golpes bajos.
—Enough it!...
El asombrado soldado quedó con la pierna en alto, y finalmente cesó su ataque.
—But, my lady...
—He didn't know what he was doing.
Barcroft se acercó y con un movimiento de cabeza ordenó al soldado retirarse, el guardia bajo la mirada y obedeció. Ambos llevaron a Valdemar a su cama, dónde Margaret, un poco más repuesta, decidió curarle.
Tras el incidente, Barcroft trajo a un oficial que hablaba español, no era prudente acercar tan pronto a Margaret al paciente, ahora despierto.
Valdemar se quejaba mucho del dolor, pero con píldoras y pasadas las horas ya le era más tolerable.
Ante el examen semiológico (Físico), Barcroft se sorprendió, pues las gónadas del sudamericano no estaban tan inflamadas como deberían estar ante los brutales pisotones, es más, todo indicaba que estaban intactas…
…Esto llevó al fisiólogo británico a concluir:
La mutación genital del sujeto le produjo testículos más resistentes.
La mutación genital del sujeto se tradujo en testículos más sensibles al dolor… por eso Margaret le venció con un rodillazo; Él mismo le llamaría a esto: Ultra sensibilidad testicular.
Además le quedaba una duda: Debía estudiar él porque a pesar del intenso trauma testicular, el miembro viril del voluntario se mantuvo erecto.
Por otro lado, un nuevo examen de sangre comprobó que su testosterona ahora estaba en niveles normales… la subida repentina le causó la desbordada agresión sexual.
El fisiólogo habló con Valdemar y le contó sobre el pico de testosterona, y cómo esta hormona le debió alterar la conducta, lo cual sucedió más pronto de lo que había imaginado.
Todo lo explicado no hizo que el venezolano dejara de sentirse culpable por agredir a la enfermera.
Ante la duda de Valdemar sobre su fertilidad, el británico le aseguró que sus espermatozoides están más activos que nunca, por lo que no había bases para creer en una esterilidad.
—Es más, pienso que puede usted ser mucho más fértil que el individuo promedio.
Para el día siguiente Valdemar estaba más repuesto. Margaret por iniciativa propia, regresó a atenderle, más no lo veía a los ojos, aun le tenía temor por el intento de agresión sexual, sabía que no era su culpa, pero simplemente no se sentía cómoda junto a él.
Valdemar recordaba todo lo sucedido, y se cuestionaba no haber podido detenerse en sus acciones… era como si un fuego en su cabeza lo impulsara a poseer a la mujer, Barcroft le explicó sobre el pico de testosterona y sus efectos en su mente, aun así se sentía culpable del ataque.
Finalmente a los 2 días, Valdemar tomó la mano de la enfermera, alarmándola un instante, pero al ver en él la mirada baja y una expresión de arrepentimiento, supo que no debía temer.
En su limitado conocimiento del inglés, Valdemar expresó:
—I so sorry…
Margaret le tocó la barbilla, haciéndole levantar la cara. Mirándolo a los ojos le sonrió, le perdonaba por lo ocurrido.
No pasó mucho luego desde eso, porque una semana después la guerra acabó…
…Era el 11 de noviembre de 1918.
Con el final del conflicto se suspendieron todos los experimentos, Sencillamente los fondos fueron cortados de golpe, al ejercito ya no le interesaba la investigación científica; Ahora todo el mundo estaba preocupado en las condiciones de paz con la vencida Alemania y sus aliados.
Barcroft se sentía culpable por la anomalía genética del sudamericano, porque nunca hubo una regresión, los testículos de Valdemar quedaron enormes permanentemente…
…Pero el venezolano parecía estar bien, de hecho el científico deducía que su vida sexual sería incluso más activa que en el pasado… su esposa en parte estaría agradecida con el fisiólogo…
…Aun así convenció al Coronel encargado de la estación científica dar un 20% más del pago acordado al “voluntario”.
En total Valdemar Chacón, recibiría 300 dólares (Decidieron pagarle con la moneda más conocida en el continente americano en vez de Libras) a razón de 15 dólares por mes durante casi dos años de guerra.
La enfermera Margaret reclamaría ante el coronel por lo injusto, pues los soldados estadounidenses recibían 30 dólares/mes.
Añadido a esto, Valdemar recibió 50 dólares por daños del experimento. El hombre de Apure regresaría a Venezuela con 350 dólares (6.000 Dólares del 2019 y 438 668 919 Bolívares).
Con el capital ganado en la guerra, Valdemar compraría una hacienda 5 veces más grande que la parcela que ya poseía… el hombre de finca iniciaría en adelante una riqueza que se convertiría en el núcleo económico de la familia Chacón en el estado Apure. Su descendencia tendría los medios para ir a la capital y tener estudios… En adelante buena parte de la familia Chacón serían profesionales, muchos de los cuales regresarían al área rural ampliando las propiedades Chacón.
Pero que sucedió con Valdemar y el recibimiento de Amalia?
Apenas llegó a la parcela, Amalia se le abalanzó plantándole un enorme beso, Valdemar comió, reposó y acarició a su hijita Antonia.
No habían pasado ni 3 horas, cuando el marido tomó a su esposa del brazo y la llevó a la habitación… aún faltaba una hora de sol, pero no le importaba eso a su esposo.
La mujer había notado que el bulto entre las piernas de su marido era mucho mas grande… cuando Valdemar la abrazó y besó con pasión, sintió el erecto pene de su marido casi atravesarla como una espada… además lograba palpar algo muy grande bajo el pene, era el lugar donde estarían sus huevos, pero porque parecía esa zona tan grande?
Amalia le abrió la bragueta y saco su enorme pene. Estaba pasmada ante la vista de aquel garrote, lo extrañaba tanto.
La mujer se arrodilló y procedió a besársela, luego su lengua entró en contacto con unas gotas de líquido pre seminal, gotas que en adelante no pararían de salir, sus lengüetazos pronto hicieron jadear al macho y crecer más su pene… ahora se veía lleno de venas azules y verdes.
—Está duro como una piedra.
Valdemar pidió le consintiera los huevos, intrigada por aquel enorme bulto bajo su polla, Amalia le bajó el pantalón.
—Son enormes! - la esposa no daba crédito a lo que veía.
El ver a su mujer con la boca abierta, sacó una sonrisa a Valdemar.
—Pero que te ha pasado?
—Es una larga historia, otro día te la cuento.
Pero la mujer seguía impactada, estaba bien su marido?
—Que te pasó?, te golpearon? Cuéntame…
—No te preocupes, no es por un golpe, me han crecido.
La mujer escéptica dudaba.
—Pero como que te crecieron? ya no eres un niño, a los hombres ya adultos no les crecen, bueno, que yo sepa.
—Mujer, dejemos eso para otro día, te le voy a meter ya!
El pene de Valdemar goteando pre semen sin control, parecía un grifo abierto.
Era el momento de la pasión y Amalia la extrañaba, no perdió más tiempo y le besó las pelotas por todas partes, llegó a darle fuertes chupones que hacían babear a Valdemar.
La mujer parecía enloquecida con esas cosas, Llevo cada bola a su boca, sacándole el salado sabor de su escroto…era algo inexplicable, estas bolas sí que eran grandes, no se comparaban a las que su marido tenía antes de la guerra.
La guerra cambiaba así a los hombres?... llegó a pensar.
El estímulo a sus pelotas no hizo más que aumentar el goteó de su miembro, de pronto Valdemar le ordenó parar e hizo que se acostara en la cama, ahora era su turno para probarla.
Le sacó las bombachas victorianas y Amalia enseguida le abrió las piernas. Valdemar se hundió de cabeza en su entrepierna y comenzó a devorarle el coño, con la lengua me arrancó gemidos casi de inmediato. Él se reía en las pausas que hacía, diciéndole que no había nadie como su mujer.
Amalia le pedía que fuera con calma, pero en lugar de eso metió dos dedos e intercalaba lengua y dedos… la mujer parecía enloquecer.
Su lengua volvió a hurgar en aquel coño… La estaba llevando al éxtasis, y la esposa no tardó en estallar en un orgasmo que le estremeció los tuétanos.
Tras un leve descanso, Valdemar se le subió y sin más preámbulos la penetró, Amalia se quejaba a medida que entraba, era más grande que antes y la mujer pidió fuera con cuidado, pero la respuesta del excitado macho fue empujar con bríos y clavársela hasta el pegue de los huevotes.
La esposa dejó escapar un pequeño grito ante la abrumadora sensación.
—Amalia, tienes la concha muy caliente, extrañaba eso!
Enseguida Valdemar empezó a follarla con fuerza. Sus caderas se movían con rapidez, y comenzaron los dos a jadear, era abundante los fluidos que expulsaba Amalia ante el deslizar de esa gorda verga.
El ritmo del hombre era salvaje, y Amalia no podía evitar gritar del placer, movía como loca sus caderas acomodándose al ritmo del semental…podía sentir como esas grandes bolas se estrellaban contra su perineo... cada golpe emitía un sonido intenso, Que huevazos le daba!
Amalia no aguantó más el placer y tuvo otro orgasmo… Valdemar sonrió al ver cómo su mujer se corría, mientras le empapaba las bolas… El hombre Chacón aceleró más el ritmo y se corrió exclamando un rugido.
Dejó el pene lo más profundo que pudo, mientras derramaba su esperma en una verdadera marejada de leche. La mujer podía sentir los intensos chorros inundándola… se vino bastante!
Cuando se la sacó, quedaron jadeando del placer uno junto al otro; Pero Valdemar quería más, se incorporó y pidió a Amalia le abriera de nuevo las piernas, la mujer obedeció, aun agotada… y fue cuando el marido se le colocó encima… todo el peso del macho, le hacía entrar más hondo en aquel coño… bombeaba como loco, mientras sus enormes bolas rebotaban contra el cuerpo de su mujer.
Amalia estaba fuera de sí, el placer y la falta de pausa la puso a sudar en exceso, sentía la boca seca, su vista se nubló, necesitaba parar.
—Mi amor, para… no puedo más…
Pero Valdemar la ignoró… desesperada por un inminente desmayo, la mujer condujo una mano a las bolas de su esposo, esas gordas bolas, las apretó y tiró de su escroto buscando sacarse el falo.
—AAAAUUUU!!!!! —Aulló Valdemar, con todas sus fuerzas, enseguida sacó el pene de su esposa y cayó de la cama al suelo.
Amalia sabía que le había lastimado, pero era eso o desmayarse del agotamiento, jadeó intensamente hasta que su vista mejoró, el sudor frío dejó de recorrer su frente… ya estaba mejor.
Se incorporó y observó a su esposo en el piso, agarrándose las bolas en posición fetal
—Perdón mi vida, pero me iba a desmayar.
Valdemar no respondió, se notaba que estaba muerto de dolor.
—Estas bien?—Amalia se sorprendió, Sí, le apretó los huevos, pero ella había visto a su marido recibir golpes ahí, y nunca se mostraba tan dolido como ahora.
—Que te ocurre Valdemar?…
Amalia fue hacia él, y le trató de incorporar, el macho mordiéndose los dientes pudo expresar:
—Amalia, eso me dolió mucho...
—Mi vida, perdón, pero no te apreté tan duro.
—Mujer… Con las bolas grandes, más me duele…
—Santo Dios!, perdón… mi amor, déjame ver.
La esposa buscaba acceso a las colosales y ahora dolidas bolas de su esposo… tras un leve forcejeo, Valdemar le mostró la zona.
Amalia se inclinó y le comenzó a besar las bolas, quería aliviarle.
—Déjalo en mis manos… veras que te aliviarás pronto.
—Con cuidado Amalia… me duele…
La mujer fue muy delicada, las besaba con arrepentimiento… Se fascinaba por el tamaño, eran enormes!...
…Con los segundos Valdemar comenzó a respirar profundo, el alivio llegaba pronto, Pero al percibir Amalia aquel fuerte olor a esperma, se volvió loca, le lamía desesperada las bolas y polla, que extrañamente nunca bajó en su erección… Porque?... ahora poco importaba eso… el coño de la esposa se empapaba en jugos y jadeando le rogó se la volviera a meter.
Pero Valdemar quería más caricias… le encantaba que se las tocara, la mujer solo le pudo complacer un minuto más, pues estaba roja de la excitación… Valdemar comprendió su desesperación, y la volvió a penetrar.
Esta vez el bombeó fue rápido, pues Amalia no tardó en estallar en orgasmo, Valdemar la veía masajeándose las tetas mientras su vagina estallaba en chorros de jugos íntimos. El macho de nuevo aceleraba llegando lo más profundo que pudo y se corrió una vez más, otra vez llenaba la vagina de su mujer, saliendo el exceso de leche por todos lados. La cama terminaría hecha un desastre.
La pareja tomó un nuevo respiro, Amalia no podía creer tanta felicidad, sonreía, así como su esposo, lo abrazó con fuerza, casi queriendo meterse en él; Pero solo era el principio… la pasión entre los dos, a diario se repetiría y con aquellos excesos.
La contenta Amalia daría a luz unos gemelos, los niños sanos y sonrosados, llevarían por nombre Leónidas y Eliecer Chacón.
Cual fue la sorpresa de la madre al tener a la parejita en brazos y descubrir que los recién nacidos habían heredado la peculiaridad de su padre…
…Ambos tenían testículos extremadamente grandes comparados con otros recién nacidos, y sus genitales no dejarían de crecer en su vida… para la adultez le colgarían entre las piernas, un par tan grande como dos naranjas.
El orgulloso Valdemar expresó:
—Serán unos toros!
—Pobre de las mujeres de nuestra región, porque de jóvenes, estos dos serán más mujeriegos que el papá.
—Estos dos?, mujer inocente! apenas estamos empezando familia… quiero 10 más.
—Como quiera el señor de la casa—Expresó contenta Amalia, quién sabía que antes de cada hijo, vendría una buena ración de sexo, duro y salvaje.
La mujer analizó a su dotado marido… El Valdemar que se fue a la guerra era un buen macho en la cama, pero el que volvió… Ese era más que un semental… Era un Dios!, y se aseguraría de tenerlo toda la vida, para ella sola.
Los Chacón tendrían 14 hijos en total, todos varones, siendo Antonia la única hija, eso sí, muy consentida por su padre.
Leónidas Chacón!, será abuelo de Marcos Chacón, padre de Israel, Simón, Pablo, y Jenny.
FIN.
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