Robot (2/7): El laboratorio - Las Bolas de Pablo

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15 abr 2020

Robot (2/7): El laboratorio

Inesperadamente he recibido mÔs comentarios por esta historia de las que esperaba a comparación con Alimañas de la noche, Bromn vs Hum, gracias a tod@s los que leyeron. Hoy les regalo un nuevo capítulo. Gracias a Fercho por la estupenda imagen.

CONTIENE:
HISTORIA SIN BALLBUSTING





   Las luces eran brillantes pero desenfocadas. Poco a poco, la niebla se disipó y Toby se dio cuenta de su entorno. Intentó moverse para evitar el resplandor de las luces que brillaban directamente a sus ojos desde un lado de su cama. Pero esa no era su cama... Y tampoco podĆ­a moverse. ¡QuĆ© mierda! gritó. Estaba de espaldas y su cabeza queaba inmóvil en algĆŗn tipo de arnĆ©s de cuero y directamente sobre su cabeza habĆ­a una pantalla LCD de 52 pulgadas con una vista completa de su cuerpo, su cuerpo desnudo. La vista duró aproximadamente 90 segundos y luego la imagen cambió a su lado derecho, otros 90 segundos mĆ”s o menos, enfocó tambiĆ©n a su lado izquierdo, luego una vista directa desde abajo de su cuerpo, luego entre sus piernas enfocando entrepierna, estómago y pecho. DebĆ­a haber cinco cĆ”maras dirigidas a Ć©l. Pero ¿por quĆ© y dónde demonios estaba?


   ¿Y quĆ© era ese ruido de parloteo? ParecĆ­a un zoológico, una casa de monos para ser exactos, y era acompaƱado por el ruido de jaulas. Vio por quĆ© no podĆ­a moverse; estaba en una especie de camilla, con los brazos atados en un Ć”ngulo de 45 grados de su cuerpo con correas de cuero justo por encima de los codos y las muƱecas. Otras restricciones de cuero estaban sobre su pecho, justo por encima de sus pezones, sobre su abdomen, mĆ”s arriba de su ombligo, y tres en cada pierna, en su ingle, otra arriba de sus rodillas y la tercera en cada tobillo. Sus piernas tambiĆ©n estaban extendidas en un Ć”ngulo de 45 grados.



   Gritó:

   ¡Ayuda, alguien que me auxilie —no hubo respuesta. Su mente trabajó para encontrar alguna respuesta. Recordó que habĆ­a terminado de estudiar para la prueba de quĆ­mica del jueves a eso de las 10. HabĆ­a decidido abandonar el dormitorio y caminar a corta distancia por la ciudad. Tragos, era el Ćŗnico lugar que servĆ­a la cerveza mĆ”s frĆ­a. Era un dĆ­a cĆ”lido. Tal vez ahĆ­ estaban sus compaƱeros de clase.



   Pero ninguno de sus amigos estuvo ahĆ­, despuĆ©s de todo, era martes. Recordó al hombre, de 30 o 40 aƱos, que le inició un tema de conversación. ConocĆ­a de fĆŗtbol, ​​y fue una discusión amistosa y animada. Cuando el hombre se ofreció a comprar una segunda cerveza, Toby aceptó y dijo que regresarĆ­a despuĆ©s de ir al baƱo. Justo despuĆ©s de eso las cosas se volvieron confusas. Recordaba haberse sentido mareado; era imposible que estuviera borracho despuĆ©s de una y media cerveza. El desconocido le ofreció llevarlo de regreso al edificio de residencia, lo ayudó a subir a su vehĆ­culo y eso fue lo Ćŗltimo que recordó hasta que se despertó ahĆ­. 


¡Ese tipo debe haberme drogado! ¿Pero por quĆ©?



   Y de repente los ruidos de los animales se volvieron mĆ”s frenĆ©ticos y apareció ante el rabillo del ojo de Toby algo horrible, ¿quĆ© era? ¿Un duente? ¿Un gnomo? ¿Un enano? Lo cierto es que era uno de los humanos mĆ”s feos que habĆ­a visto. Llegó deslizĆ”ndose hacia Ć©l con sus pequeƱas piernas. Su cabeza apareció justo encima de la camilla. Se dio cuenta de que la mejor manera de ver a esta extraƱa criatura era mirar la pantalla sobre su cabeza. La enorme cabeza era grotesca, un lunar color pĆŗrpura corrĆ­a por el lado izquierdo de su cara hasta la esquina de su boca. Su nariz bulbosa estaba cubierta de pĆŗstulas, sus ojos rojos derramaban lĆ”grimas por sus mejillas y su cabello consistĆ­a en mechones negros sobre una calva.



   El resto de su cuerpo, a excepción de sus pequeƱas piernas cortas, parecĆ­a extraƱamente normal. VestĆ­a una sudadera con las mangas cortadas que mostraban brazos y hombros muy musculosos, todos cubiertos de pelo negro, que brotaba por encima del escote de la sudadera, tanto en la parte delantera como en la trasera. La vista en la pantalla cambió y vio al horrible enano subir una pequeƱa escalera de mano al lado de la camilla. Llevaba pantalones cortos, sus pequeƱas piernas tambiĆ©n eran cubiertas con los mismos pelos negros y rizados. Sus enormes manos peludas estaban fuera de toda proporción con su tamaƱo.



   Desde la cĆ”mara superior, podĆ­a ver al duente sosteniendo una torunda de algodón con una mano y una pequeƱa botella con un lĆ­quido transparente en la otra. Vertió un poco del lĆ­quido sobre el algodón y de repente agarró la suave polla de Toby que se balanceaba silenciosamente sobre su muslo izquierdo, la cicatriz de la circuncisión rodeó el suave glande rosa. 

   Toby gritó 

   —¡Hey! pero el enano lo ignoró. Frotó el pene del muchacho desde la raĆ­z hasta la cabeza. Se sintió bien. Luego tomó una aguja hipodĆ©rmica y sacó un poco de lĆ­quido de una pequeƱa ampolla y, antes de que Toby pudiera reaccionar, inyectó un lĆ­quido en su pene y lo dejó caer sin ceremonias. No le habĆ­a dolido, pero el joven gritó por la violación de una de sus partes mĆ”s privadas.



   El enano bajó de su escalera y desapareció. ¿QuĆ© demonios estĆ” pasando? Se preguntó. No podĆ­a decir si estaba mĆ”s asustado que enojado, pero lĆ”grimas ardientes corrĆ­an por sus patillas y llegaban a sus oĆ­dos. DespuĆ©s de unos minutos, que parecieron horas, pudo sentir y ver en el monitor que algo le estaba sucediendo a su miembro. Su flĆ”cido pene comenzó a inflarse y gradualmente a moverse desde su muslo izquierdo en un arco sobre su estómago y terminó apuntando a su barbilla. La suave cabeza rosada se habĆ­a hinchado y se habĆ­a vuelto escarlata, permaneció suspendida sobre su ombligo.



   Su erección habĆ­a alcanzado sus 18 centĆ­metros de erecta verga proyectaban una sombra sobre su ombligo hasta la base de su pene. Se quedó esa erección durante aproximadamente media hora y tuvo ganas de orinar. De repente, el pequeƱo tipo feo regresó y Toby gritó en angustia, ante lo cual el hombrecillo levantó la mano y tiró de su miembro curvo para apuntar al techo. Le apretó la cabeza, abriendo la uretra, y con el otro apretó una sustancia gelatinosa en la abertura. Dejó caer la erección con un golpe y alcanzó un tubo de plĆ”stico largo en una mesa adyacente. Lubricó eso con la misma sustancia y volvió a abrir suavemente la entrada uretral y deslizó lentamente el catĆ©ter en el pene del muchacho, a pesar de las protestas de Toby. Apuntó el extremo externo del catĆ©ter hacia un vaso de precipitados y cuando el extremo interno del tubo entró en la vejiga de Toby, la orina comenzó a fluir llenando el vaso. La cerveza de la noche anterior ayudó al flujo, el enano retiró lentamente el catĆ©ter. Evidentemente, al no poder soportar los gritos continuos de Toby por las violaciones a su cuerpo, alcanzó una mordaza sobre la mesa y la metió en la boca del muchacho, sujetĆ”ndola al arnĆ©s alrededor de su cabeza. 

   Sosteniendo el miembro rĆ­gido en la mano, deslizó un cilindro de plĆ”stico transparente de aproximadamente 14 centĆ­metros de diĆ”metro y 20 centĆ­metros de largo, metiendo cuidadosamente el escroto. Sosteniendo el tubo apuntó al techo, extendió la mano hacia un termo, desenroscó la tapa y vertió un fluido rosado viscoso y tibio en Ć©l. Toby sintió el calor rodear su polla y sus bolas mientras el fluido descendĆ­a lentamente alrededor de sus partes privadas. ParecĆ­a lo que su dentista habĆ­a usado para las impresiones de sus dientes antes de que le pusieran los frenillos cuando era niƱo. Nuevamente lo dejaron solo durante unos 10 minutos sintiendo que la sustancia pegajosa se congelaba alrededor de su polla y bolas. El enano reapareció y aflojó gradualmente el tubo al balancearlo hacia adelante y atrĆ”s. El movimiento en su polla y bolas se sintió extraƱamente sensual, un sentimiento que Toby trató de negar.



   Ahora, por primera vez, el muchacho, usó la visión perifĆ©rica, tuvo oportunidad de observar, en pequeƱa medida, su entorno. Primero mirando mĆ”s allĆ” de la pantalla LCD, el techo estaban a 4 metros por encima, ahĆ­ colgaban lĆ”mparas fluorescentes y cables elĆ©ctricos. A su derecha, podĆ­a ver dĆ©bilmente una pared oscura a unos 9 metros de distancia con puertas dobles. HabĆ­a otras mesas con vasos de precipitados, tubos de ensayo y quemadores Bunsen que hervĆ­an una variedad de lĆ­quidos de colores, fregaderos y lo que parecĆ­a ser una gran cantidad de contenedores de desechos plĆ”sticos con etiquetas cuyos escritos no pudo distinguir. No habĆ­a ventanas ni a la derecha ni a la izquierda ni en la pared opuesta.



   Cuando giró su atención hacia su izquierda, por el rabillo del ojo, vio otra camilla a unos cinco metros de distancia que parecĆ­a sostener otro cuerpo. Dada su visión restringida, no pudo distinguir ningĆŗn detalle, excepto que la gran forma humana estaba cubierta con una sĆ”bana y parecĆ­a un cadĆ”ver que estaba a punto de ser preparado para una autopsia, al igual que en los programas de televisión de CSI.



   En este punto oyó que se abrĆ­an las puertas a lo largo de la pared derecha y vio a un hombre alto vestido con bata azul y una mĆ”scara quirĆŗrgica con un gorro aproximĆ”ndose. Los gritos sordos de Toby eran ininteligibles y el mĆ©dico, si eso era lo que era, no le prestaba atención, excepto para decir:



   Hola Toby, espero que descanses cómodamente. Vamos a realizar un par de procedimientos que estoy seguro que encontrarĆ”s extremadamente placenteros. Al mismo tiempo, vamos a avanzar en el campo de la biologĆ­a y la inteligencia artificial. Vas a ser famoso. IvĆ”n trae al experimento IV.



   Toby reconoció la voz de su interlocutor, era el hombre del bar con el suave acento medio europeo. Con eso, el enano apareció en su lado izquierdo y giró sobre el carro el experimento IV. El "doctor" a su vez movió una gran caja negra. Giró una manivela hasta que la caja se elevó al mismo nivel que la camilla, y apuntó un cono a los genitales de Toby.



   Este es un EIGM, un escĆ”ner interno de imĆ”genes sobre genitales masculinos. Te garantizo que no sentirĆ”s nada mientras lo usamos. Pero nos darĆ” una excelente visión de los cambios fĆ­sicos que tendrĆ”s dentro de tu cuerpo a medida que avancemos.



   Toby se congeló de miedo cuando el hombre accionó un interruptor y la imagen en el monitor sobre su cabeza parpadeó y se llenó con una imagen de su pene. Su escroto, que colgaba bajo entre sus piernas, se apretó con fuerza contra su cuerpo como si intentara proteger su contenido. Poco a poco, la imagen se disolvió y se dio cuenta de que estaba mirando el interior de sus genitales. PodĆ­a ver todos los tubos, cuerdas y órganos que conformaban su sistema reproductivo, aunque solo tenĆ­a una comprensión rudimentaria de sus diversas funciones.



   Estoy seguro de que te gustarĆ­a saber quĆ© estamos haciendo aquĆ­ y te explicarĆ© lo mejor que pueda... hasta cierto punto. Lo Ćŗnico que no puedo decirte en este momento es el "por quĆ©". Primero, te elegimos porque a los 24 aƱos (revisamos tu billetera) estĆ”s en una excelente edad para producir espermatozoides y los necesitamos. Muchos de esos.



   El hombre usó un pequeƱo tubo de plĆ”stico que estaba conectado a una bolsa llena de un lĆ­quido pĆŗrpura. Levantó suavemente el pene rĆ­gido de Toby, apretó suavemente el glande e insertó gradualmente el extremo del tubo en la uretra ahora abierta. Levantó la mano y giró una espita en la base de la bolsa y el lĆ­quido pĆŗrpura descendió gradualmente a lo largo del tubo hasta la cabeza del pene.



   El lĆ­quido que ves es un FARME o un fluido acelerado de regeneración y maduración de espermatozoides. AcelerarĆ” enormemente y ampliarĆ” tu capacidad para producir semen. Creo que estarĆ”s satisfecho con los resultados.



   Mientras observaba aterrorizado, el lĆ­quido alcanzó la dilatada abertura de la uretra y entró en su glande. QuerĆ­a cerrar los ojos pero no podĆ­a apartarlos del monitor. El escaner mostró que el lĆ­quido cambiaba de pĆŗrpura a fosforescente a medida que entraba en la uretra, pero el cambio en la uretra en sĆ­ era fascinante. Como si se tratara de una boca hambrienta haciendo espacio para una comida, su circunferencia aumentó de tamaƱo. Del mismo modo, para acomodar esa expansión, el glande ahora pĆŗrpura se hinchó cinco centĆ­metros. Pero no se detuvo en el glande. A medida que el lĆ­quido descendĆ­a gradualmente por la columna rĆ­gida del pene, la uretra continuó expandiĆ©ndose. Y mientras observaba fascinado, la circunferencia de su pene creció en la misma proporción.



   DĆ©jame explicarte lo que estĆ” pasando Toby. Como puede ver, la circunferencia de tu pene se ha expandido, lo que se adapta a nuestros propósitos, pero la longitud seguirĆ” siendo la misma. Sin embargo, no tienes nada de quĆ© avergonzarte en esa dimensión. Tus 18 centĆ­metros mĆ”s o menos serĆ”n bastante atractivas para cualquier pareja. Del mismo modo, tus otros órganos reproductores internos, los utilizados para la producción de esperma, tambiĆ©n se expandirĆ”n. Puedes ver en la pantalla que el fluido FARME ya estĆ” bajando dentro de su perineo y se dirige hacia las glĆ”ndulas de Cowper. Mira, tienen un tamaƱo triple, aproximadamente del tamaƱo de un guisante al de un pequeƱo tomate cherry. Ahora producirĆ”s presemen en enormes cantidades.



   Toby solo se dio cuenta de una leve sensación de hormigueo, nada desagradable. Si era honesto al respecto, de hecho lo estaba excitando. El doctor continuó su explicación.



   El lĆ­quido ahora pasa a travĆ©s de la próstata, a los conductos eyaculadores y pasa a las vesĆ­culas seminales. Observa cómo estas glĆ”ndulas tambiĆ©n se estĆ”n expandiendo y producirĆ”n mĆ”s semen que nutrirĆ” la mayor cantidad de espermatozoides que tus testĆ­culos harĆ”n para la nación.



   ¿Producir para EE. UU.? gritó Toby en su mordaza. Pero, solo fue un grito sordo para el mĆ©dico.



   Ahora el fluido fluye a travĆ©s del conducto deferente... mira cómo se expanden los tubos, lo que acomodarĆ” el mayor flujo de esperma. Ahora mĆ”s allĆ” de los epidĆ­dimos, mĆ­ralos crecer. AhĆ­ entra en tus testĆ­culos y ahora podrĆ”s ver los otros efectos externos del FARME. Este desarrollo me tomó varios aƱos para perfeccionar. Los monos que escuchas parlotear eran mis animales de prueba. Te alegrarĆ” saber que no  murió ninguno, aunque tĆŗ eres nuestro primer sujeto de prueba en humanos, estamos totalmente seguros del resultado.



   Toby habĆ­a pasado del miedo al pĆ”nico. Este hombre obviamente estaba loco, y Ć©l, era su conejillo de indias. Observó con horror cómo sus bolas crecĆ­an del tamaƱo de aceitunas, y el escroto crecĆ­a para acomodarlas.


   El mĆ©dico aparentemente satisfecho con su experimento extendió la mano y apagó el flujo de lĆ­quido.



   Ahora, creo que necesitas descansar un poco, muchacho. Volveremos en una hora y continuaremos y con eso se acercó a la mesa en busca de una aguja hipodĆ©rmica y una jeringa e inyectó al joven un sedante que lo hizo dormir instantĆ”neamente.

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