CONTIENE:
HISTORIA SIN BALLBUSTING
Las luces eran brillantes pero desenfocadas. Poco a poco, la niebla se disipĆ³ y Toby se dio cuenta de su entorno. IntentĆ³ moverse para evitar el resplandor de las luces que brillaban directamente a sus ojos desde un lado de su cama. Pero esa no era su cama... Y tampoco podĆa moverse. —¡QuĆ© mierda! —gritĆ³. Estaba de espaldas y su cabeza queaba inmĆ³vil en algĆŗn tipo de arnĆ©s de cuero y directamente sobre su cabeza habĆa una pantalla LCD de 52 pulgadas con una vista completa de su cuerpo, su cuerpo desnudo. La vista durĆ³ aproximadamente 90 segundos y luego la imagen cambiĆ³ a su lado derecho, otros 90 segundos mĆ”s o menos, enfocĆ³ tambiĆ©n a su lado izquierdo, luego una vista directa desde abajo de su cuerpo, luego entre sus piernas enfocando entrepierna, estĆ³mago y pecho. DebĆa haber cinco cĆ”maras dirigidas a Ć©l. Pero ¿por quĆ© y dĆ³nde demonios estaba?
¿Y quĆ© era ese ruido de parloteo? ParecĆa un zoolĆ³gico, una casa de monos para ser exactos, y era acompaƱado por el ruido de jaulas. Vio por quĆ© no podĆa moverse; estaba en una especie de camilla, con los brazos atados en un Ć”ngulo de 45 grados de su cuerpo con correas de cuero justo por encima de los codos y las muƱecas. Otras restricciones de cuero estaban sobre su pecho, justo por encima de sus pezones, sobre su abdomen, mĆ”s arriba de su ombligo, y tres en cada pierna, en su ingle, otra arriba de sus rodillas y la tercera en cada tobillo. Sus piernas tambiĆ©n estaban extendidas en un Ć”ngulo de 45 grados.
GritĆ³:
—¡Ayuda, alguien que me auxilie —no hubo respuesta. Su mente trabajĆ³ para encontrar alguna respuesta. RecordĆ³ que habĆa terminado de estudiar para la prueba de quĆmica del jueves a eso de las 10. HabĆa decidido abandonar el dormitorio y caminar a corta distancia por la ciudad. Tragos, era el Ćŗnico lugar que servĆa la cerveza mĆ”s frĆa. Era un dĆa cĆ”lido. Tal vez ahĆ estaban sus compaƱeros de clase.
—¡Ayuda, alguien que me auxilie —no hubo respuesta. Su mente trabajĆ³ para encontrar alguna respuesta. RecordĆ³ que habĆa terminado de estudiar para la prueba de quĆmica del jueves a eso de las 10. HabĆa decidido abandonar el dormitorio y caminar a corta distancia por la ciudad. Tragos, era el Ćŗnico lugar que servĆa la cerveza mĆ”s frĆa. Era un dĆa cĆ”lido. Tal vez ahĆ estaban sus compaƱeros de clase.
Pero ninguno de sus amigos estuvo ahĆ, despuĆ©s de todo, era martes. RecordĆ³ al hombre, de 30 o 40 aƱos, que le iniciĆ³ un tema de conversaciĆ³n. ConocĆa de fĆŗtbol, y fue una discusiĆ³n amistosa y animada. Cuando el hombre se ofreciĆ³ a comprar una segunda cerveza, Toby aceptĆ³ y dijo que regresarĆa despuĆ©s de ir al baƱo. Justo despuĆ©s de eso las cosas se volvieron confusas. Recordaba haberse sentido mareado; era imposible que estuviera borracho despuĆ©s de una y media cerveza. El desconocido le ofreciĆ³ llevarlo de regreso al edificio de residencia, lo ayudĆ³ a subir a su vehĆculo y eso fue lo Ćŗltimo que recordĆ³ hasta que se despertĆ³ ahĆ.
¡Ese tipo debe haberme drogado! ¿Pero por quĆ©?
Y de repente los ruidos de los animales se volvieron mĆ”s frenĆ©ticos y apareciĆ³ ante el rabillo del ojo de Toby algo horrible, ¿quĆ© era? ¿Un duente? ¿Un gnomo? ¿Un enano? Lo cierto es que era uno de los humanos mĆ”s feos que habĆa visto. LlegĆ³ deslizĆ”ndose hacia Ć©l con sus pequeƱas piernas. Su cabeza apareciĆ³ justo encima de la camilla. Se dio cuenta de que la mejor manera de ver a esta extraƱa criatura era mirar la pantalla sobre su cabeza. La enorme cabeza era grotesca, un lunar color pĆŗrpura corrĆa por el lado izquierdo de su cara hasta la esquina de su boca. Su nariz bulbosa estaba cubierta de pĆŗstulas, sus ojos rojos derramaban lĆ”grimas por sus mejillas y su cabello consistĆa en mechones negros sobre una calva.
El resto de su cuerpo, a excepciĆ³n de sus pequeƱas piernas cortas, parecĆa extraƱamente normal. VestĆa una sudadera con las mangas cortadas que mostraban brazos y hombros muy musculosos, todos cubiertos de pelo negro, que brotaba por encima del escote de la sudadera, tanto en la parte delantera como en la trasera. La vista en la pantalla cambiĆ³ y vio al horrible enano subir una pequeƱa escalera de mano al lado de la camilla. Llevaba pantalones cortos, sus pequeƱas piernas tambiĆ©n eran cubiertas con los mismos pelos negros y rizados. Sus enormes manos peludas estaban fuera de toda proporciĆ³n con su tamaƱo.
Desde la cĆ”mara superior, podĆa ver al duente sosteniendo una torunda de algodĆ³n con una mano y una pequeƱa botella con un lĆquido transparente en la otra. VertiĆ³ un poco del lĆquido sobre el algodĆ³n y de repente agarrĆ³ la suave polla de Toby que se balanceaba silenciosamente sobre su muslo izquierdo, la cicatriz de la circuncisiĆ³n rodeĆ³ el suave glande rosa.
Toby gritĆ³
—¡Hey! —pero el enano lo ignorĆ³. FrotĆ³ el pene del muchacho desde la raĆz hasta la cabeza. Se sintiĆ³ bien. Luego tomĆ³ una aguja hipodĆ©rmica y sacĆ³ un poco de lĆquido de una pequeƱa ampolla y, antes de que Toby pudiera reaccionar, inyectĆ³ un lĆquido en su pene y lo dejĆ³ caer sin ceremonias. No le habĆa dolido, pero el joven gritĆ³ por la violaciĆ³n de una de sus partes mĆ”s privadas.
Toby gritĆ³
—¡Hey! —pero el enano lo ignorĆ³. FrotĆ³ el pene del muchacho desde la raĆz hasta la cabeza. Se sintiĆ³ bien. Luego tomĆ³ una aguja hipodĆ©rmica y sacĆ³ un poco de lĆquido de una pequeƱa ampolla y, antes de que Toby pudiera reaccionar, inyectĆ³ un lĆquido en su pene y lo dejĆ³ caer sin ceremonias. No le habĆa dolido, pero el joven gritĆ³ por la violaciĆ³n de una de sus partes mĆ”s privadas.
El enano bajĆ³ de su escalera y desapareciĆ³. ¿QuĆ© demonios estĆ” pasando? Se preguntĆ³. No podĆa decir si estaba mĆ”s asustado que enojado, pero lĆ”grimas ardientes corrĆan por sus patillas y llegaban a sus oĆdos. DespuĆ©s de unos minutos, que parecieron horas, pudo sentir y ver en el monitor que algo le estaba sucediendo a su miembro. Su flĆ”cido pene comenzĆ³ a inflarse y gradualmente a moverse desde su muslo izquierdo en un arco sobre su estĆ³mago y terminĆ³ apuntando a su barbilla. La suave cabeza rosada se habĆa hinchado y se habĆa vuelto escarlata, permaneciĆ³ suspendida sobre su ombligo.
Su erecciĆ³n habĆa alcanzado sus 18 centĆmetros de erecta verga proyectaban una sombra sobre su ombligo hasta la base de su pene. Se quedĆ³ esa erecciĆ³n durante aproximadamente media hora y tuvo ganas de orinar. De repente, el pequeƱo tipo feo regresĆ³ y Toby gritĆ³ en angustia, ante lo cual el hombrecillo levantĆ³ la mano y tirĆ³ de su miembro curvo para apuntar al techo. Le apretĆ³ la cabeza, abriendo la uretra, y con el otro apretĆ³ una sustancia gelatinosa en la abertura. DejĆ³ caer la erecciĆ³n con un golpe y alcanzĆ³ un tubo de plĆ”stico largo en una mesa adyacente. LubricĆ³ eso con la misma sustancia y volviĆ³ a abrir suavemente la entrada uretral y deslizĆ³ lentamente el catĆ©ter en el pene del muchacho, a pesar de las protestas de Toby. ApuntĆ³ el extremo externo del catĆ©ter hacia un vaso de precipitados y cuando el extremo interno del tubo entrĆ³ en la vejiga de Toby, la orina comenzĆ³ a fluir llenando el vaso. La cerveza de la noche anterior ayudĆ³ al flujo, el enano retirĆ³ lentamente el catĆ©ter. Evidentemente, al no poder soportar los gritos continuos de Toby por las violaciones a su cuerpo, alcanzĆ³ una mordaza sobre la mesa y la metiĆ³ en la boca del muchacho, sujetĆ”ndola al arnĆ©s alrededor de su cabeza.
Sosteniendo el miembro rĆgido en la mano, deslizĆ³ un cilindro de plĆ”stico transparente de aproximadamente 14 centĆmetros de diĆ”metro y 20 centĆmetros de largo, metiendo cuidadosamente el escroto. Sosteniendo el tubo apuntĆ³ al techo, extendiĆ³ la mano hacia un termo, desenroscĆ³ la tapa y vertiĆ³ un fluido rosado viscoso y tibio en Ć©l. Toby sintiĆ³ el calor rodear su polla y sus bolas mientras el fluido descendĆa lentamente alrededor de sus partes privadas. ParecĆa lo que su dentista habĆa usado para las impresiones de sus dientes antes de que le pusieran los frenillos cuando era niƱo. Nuevamente lo dejaron solo durante unos 10 minutos sintiendo que la sustancia pegajosa se congelaba alrededor de su polla y bolas. El enano reapareciĆ³ y aflojĆ³ gradualmente el tubo al balancearlo hacia adelante y atrĆ”s. El movimiento en su polla y bolas se sintiĆ³ extraƱamente sensual, un sentimiento que Toby tratĆ³ de negar.
Sosteniendo el miembro rĆgido en la mano, deslizĆ³ un cilindro de plĆ”stico transparente de aproximadamente 14 centĆmetros de diĆ”metro y 20 centĆmetros de largo, metiendo cuidadosamente el escroto. Sosteniendo el tubo apuntĆ³ al techo, extendiĆ³ la mano hacia un termo, desenroscĆ³ la tapa y vertiĆ³ un fluido rosado viscoso y tibio en Ć©l. Toby sintiĆ³ el calor rodear su polla y sus bolas mientras el fluido descendĆa lentamente alrededor de sus partes privadas. ParecĆa lo que su dentista habĆa usado para las impresiones de sus dientes antes de que le pusieran los frenillos cuando era niƱo. Nuevamente lo dejaron solo durante unos 10 minutos sintiendo que la sustancia pegajosa se congelaba alrededor de su polla y bolas. El enano reapareciĆ³ y aflojĆ³ gradualmente el tubo al balancearlo hacia adelante y atrĆ”s. El movimiento en su polla y bolas se sintiĆ³ extraƱamente sensual, un sentimiento que Toby tratĆ³ de negar.
Ahora, por primera vez, el muchacho, usĆ³ la visiĆ³n perifĆ©rica, tuvo oportunidad de observar, en pequeƱa medida, su entorno. Primero mirando mĆ”s allĆ” de la pantalla LCD, el techo estaban a 4 metros por encima, ahĆ colgaban lĆ”mparas fluorescentes y cables elĆ©ctricos. A su derecha, podĆa ver dĆ©bilmente una pared oscura a unos 9 metros de distancia con puertas dobles. HabĆa otras mesas con vasos de precipitados, tubos de ensayo y quemadores Bunsen que hervĆan una variedad de lĆquidos de colores, fregaderos y lo que parecĆa ser una gran cantidad de contenedores de desechos plĆ”sticos con etiquetas cuyos escritos no pudo distinguir. No habĆa ventanas ni a la derecha ni a la izquierda ni en la pared opuesta.
Cuando girĆ³ su atenciĆ³n hacia su izquierda, por el rabillo del ojo, vio otra camilla a unos cinco metros de distancia que parecĆa sostener otro cuerpo. Dada su visiĆ³n restringida, no pudo distinguir ningĆŗn detalle, excepto que la gran forma humana estaba cubierta con una sĆ”bana y parecĆa un cadĆ”ver que estaba a punto de ser preparado para una autopsia, al igual que en los programas de televisiĆ³n de CSI.
En este punto oyĆ³ que se abrĆan las puertas a lo largo de la pared derecha y vio a un hombre alto vestido con bata azul y una mĆ”scara quirĆŗrgica con un gorro aproximĆ”ndose. Los gritos sordos de Toby eran ininteligibles y el mĆ©dico, si eso era lo que era, no le prestaba atenciĆ³n, excepto para decir:
—Hola Toby, espero que descanses cĆ³modamente. Vamos a realizar un par de procedimientos que estoy seguro que encontrarĆ”s extremadamente placenteros. Al mismo tiempo, vamos a avanzar en el campo de la biologĆa y la inteligencia artificial. Vas a ser famoso. IvĆ”n trae al experimento IV.
Toby reconociĆ³ la voz de su interlocutor, era el hombre del bar con el suave acento medio europeo. Con eso, el enano apareciĆ³ en su lado izquierdo y girĆ³ sobre el carro el experimento IV. El "doctor" a su vez moviĆ³ una gran caja negra. GirĆ³ una manivela hasta que la caja se elevĆ³ al mismo nivel que la camilla, y apuntĆ³ un cono a los genitales de Toby.
—Este es un EIGM, un escĆ”ner interno de imĆ”genes sobre genitales masculinos. Te garantizo que no sentirĆ”s nada mientras lo usamos. Pero nos darĆ” una excelente visiĆ³n de los cambios fĆsicos que tendrĆ”s dentro de tu cuerpo a medida que avancemos.
Toby se congelĆ³ de miedo cuando el hombre accionĆ³ un interruptor y la imagen en el monitor sobre su cabeza parpadeĆ³ y se llenĆ³ con una imagen de su pene. Su escroto, que colgaba bajo entre sus piernas, se apretĆ³ con fuerza contra su cuerpo como si intentara proteger su contenido. Poco a poco, la imagen se disolviĆ³ y se dio cuenta de que estaba mirando el interior de sus genitales. PodĆa ver todos los tubos, cuerdas y Ć³rganos que conformaban su sistema reproductivo, aunque solo tenĆa una comprensiĆ³n rudimentaria de sus diversas funciones.
—Estoy seguro de que te gustarĆa saber quĆ© estamos haciendo aquĆ y te explicarĆ© lo mejor que pueda... hasta cierto punto. Lo Ćŗnico que no puedo decirte en este momento es el "por quĆ©". Primero, te elegimos porque a los 24 aƱos (revisamos tu billetera) estĆ”s en una excelente edad para producir espermatozoides y los necesitamos. Muchos de esos.
El hombre usĆ³ un pequeƱo tubo de plĆ”stico que estaba conectado a una bolsa llena de un lĆquido pĆŗrpura. LevantĆ³ suavemente el pene rĆgido de Toby, apretĆ³ suavemente el glande e insertĆ³ gradualmente el extremo del tubo en la uretra ahora abierta. LevantĆ³ la mano y girĆ³ una espita en la base de la bolsa y el lĆquido pĆŗrpura descendiĆ³ gradualmente a lo largo del tubo hasta la cabeza del pene.
—El lĆquido que ves es un FARME o un fluido acelerado de regeneraciĆ³n y maduraciĆ³n de espermatozoides. AcelerarĆ” enormemente y ampliarĆ” tu capacidad para producir semen. Creo que estarĆ”s satisfecho con los resultados.
Mientras observaba aterrorizado, el lĆquido alcanzĆ³ la dilatada abertura de la uretra y entrĆ³ en su glande. QuerĆa cerrar los ojos pero no podĆa apartarlos del monitor. El escaner mostrĆ³ que el lĆquido cambiaba de pĆŗrpura a fosforescente a medida que entraba en la uretra, pero el cambio en la uretra en sĆ era fascinante. Como si se tratara de una boca hambrienta haciendo espacio para una comida, su circunferencia aumentĆ³ de tamaƱo. Del mismo modo, para acomodar esa expansiĆ³n, el glande ahora pĆŗrpura se hinchĆ³ cinco centĆmetros. Pero no se detuvo en el glande. A medida que el lĆquido descendĆa gradualmente por la columna rĆgida del pene, la uretra continuĆ³ expandiĆ©ndose. Y mientras observaba fascinado, la circunferencia de su pene creciĆ³ en la misma proporciĆ³n.
—DĆ©jame explicarte lo que estĆ” pasando Toby. Como puede ver, la circunferencia de tu pene se ha expandido, lo que se adapta a nuestros propĆ³sitos, pero la longitud seguirĆ” siendo la misma. Sin embargo, no tienes nada de quĆ© avergonzarte en esa dimensiĆ³n. Tus 18 centĆmetros mĆ”s o menos serĆ”n bastante atractivas para cualquier pareja. Del mismo modo, tus otros Ć³rganos reproductores internos, los utilizados para la producciĆ³n de esperma, tambiĆ©n se expandirĆ”n. Puedes ver en la pantalla que el fluido FARME ya estĆ” bajando dentro de su perineo y se dirige hacia las glĆ”ndulas de Cowper. Mira, tienen un tamaƱo triple, aproximadamente del tamaƱo de un guisante al de un pequeƱo tomate cherry. Ahora producirĆ”s presemen en enormes cantidades.
Toby solo se dio cuenta de una leve sensaciĆ³n de hormigueo, nada desagradable. Si era honesto al respecto, de hecho lo estaba excitando. El doctor continuĆ³ su explicaciĆ³n.
—El lĆquido ahora pasa a travĆ©s de la prĆ³stata, a los conductos eyaculadores y pasa a las vesĆculas seminales. Observa cĆ³mo estas glĆ”ndulas tambiĆ©n se estĆ”n expandiendo y producirĆ”n mĆ”s semen que nutrirĆ” la mayor cantidad de espermatozoides que tus testĆculos harĆ”n para la naciĆ³n.
¿Producir para EE. UU.? gritĆ³ Toby en su mordaza. Pero, solo fue un grito sordo para el mĆ©dico.
—Ahora el fluido fluye a travĆ©s del conducto deferente... mira cĆ³mo se expanden los tubos, lo que acomodarĆ” el mayor flujo de esperma. Ahora mĆ”s allĆ” de los epidĆdimos, mĆralos crecer. AhĆ entra en tus testĆculos y ahora podrĆ”s ver los otros efectos externos del FARME. Este desarrollo me tomĆ³ varios aƱos para perfeccionar. Los monos que escuchas parlotear eran mis animales de prueba. Te alegrarĆ” saber que no muriĆ³ ninguno, aunque tĆŗ eres nuestro primer sujeto de prueba en humanos, estamos totalmente seguros del resultado.
Toby habĆa pasado del miedo al pĆ”nico. Este hombre obviamente estaba loco, y Ć©l, era su conejillo de indias. ObservĆ³ con horror cĆ³mo sus bolas crecĆan del tamaƱo de aceitunas, y el escroto crecĆa para acomodarlas.
El mĆ©dico aparentemente satisfecho con su experimento extendiĆ³ la mano y apagĆ³ el flujo de lĆquido.
—Ahora, creo que necesitas descansar un poco, muchacho. Volveremos en una hora y continuaremos —y con eso se acercĆ³ a la mesa en busca de una aguja hipodĆ©rmica y una jeringa e inyectĆ³ al joven un sedante que lo hizo dormir instantĆ”neamente.
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