CONTIENE
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
SEXO HOMOSEXUAL
—Es extraƱo —afirmĆ³ Bastian. Estaba encerrado en su despacho sentado tras el escritorio con Gilberto—, en todas las propuestas que les he llevado a los muchachos todas les ha gustado excepto Ć©sta. Hubo quejas unĆ”nimes desde el primer momento.
—¿Realmente? —interrogĆ³ Gilberto. Un apuesto youtuber famoso por sus consejos de resistencia testicular. Quien habĆa humillado hasta mĆ”s no poder a los hombres del Proyecto Bastian.
—SĆ, todos se mostraron no conformes. AsĆ que vamos a cancelarlo.
—Lo que me hace suponer que estoy despedido.
Bastian torciĆ³ la boca y despuĆ©s confirmĆ³ con la cabeza dando una sonrisa amigable. En ese momento alguien tocĆ³ a la puerta.
—Adelante.
La cabeza de David se asomĆ³ en el umbral. El guapo morenazo mirĆ³ a los dos hombres y se dirigiĆ³ a Bastian ignorando a Gilberto.
—¿EstĆ” el Ć”rabe loco de Farid por aquĆ?
—No. Hoy dijo que estarĆa con su familia.
—Mmmm. EstĆ” bien.
David cerrĆ³ la puerta. Y Bastian enfocĆ³ la mirada.
—Ćste muchacho que es sinĆ³nimo de cordialidad y compaƱerismo estĆ” muy molesto contigo por lo que le ordenaste hacer a Pablo en la ocasiĆ³n anterior.
Gilberto se encogiĆ³ de hombros.
—No lo entiendo —alegĆ³—. Me dijiste que fuera duro con ellos y asĆ lo hice. AdoptĆ© postura militar. Yo creo que todos son unos maricas. Me da igual, que se jodan. Gracias por mi cheque. Me largo de aquĆ, amigo.
—Hey, hey. No quiero que te enfurezcas conmigo.
Gilberto negĆ³ con la cabeza.
—No lo estoy —extrajo su celular del bolsillo del pantalĆ³n—. Me tomarĆ© una fotografĆa contigo para postearla en mi Instagram, mi amigo.
El youtuber cruzĆ³ el escritorio y posĆ³ para una selfie junto a su amigo Bastian. DespuĆ©s de que ambos mostraran sus blancas sonrisas. Bastian ChacĆ³n se levantĆ³ del asiento.
—Te acompaƱarĆ© a la salida.
—No hace falta. Conozco muy bien el camino.
Con ello, Gilberto cerrĆ³ el puƱo y lo enviĆ³ de lleno entre las piernas de ChacĆ³n.
Bastian enseguida gritĆ³ y se doblĆ³ sosteniendo sus gĆ³nadas. No pudo mantenerse de pie y se sentĆ³ quejĆ”ndose del dolor y poniendo la cabeza sobre el escritorio.
Gilberto se carcejeĆ³ de la risa.
—PatĆ©tico.
SaliĆ³ del despacho cerrando la puerta. Cuando cruzaba el pasillo en direcciĆ³n a la salida alguien gritĆ³ su nombre, al caminar frente a una puerta y girar la cabeza se encontrĆ³ con Pablo echado en el piso y con cara de sufrir.
Gilberto rĆ”pidamente ingresĆ³ a la habitaciĆ³n preguntando quĆ© le habĆa pasado.
—Me caĆ —respondiĆ³ Pablo—. Me cai y no me puedo levantar. Me duele la espalda.
—Dejame ayudarte. IntentarĆ”s alzarte lentamente. No, no, llamemos una ambulancia.
Gilberto se colocĆ³ entre las piernas de Pablo y extendiĆ³ una mano en su bolsillo para sacar el celular.
Alguien siguilosamente se acercaba tras Gilberto precisando la separaciĆ³n del compĆ”s de sus piernas cuando Ć©ste marcaba un nĆŗmero telefĆ³nico mientras Pablo interpretaba su obra.
—¡AAAAAAAAAY! —a Gilberto se le llenaron los ojos de lĆ”grimas cuando fue embestido en el aire por una patada en los huevos desde atrĆ”s de parte de David. El youtuber quedĆ³ paralizado con los ojos cristalizados y la boca abierta. Pablo, al incorporarse, le dio un golpe en el estĆ³mago que lo hizo caer al suelo acurrucĆ”ndose del dolor.
David fue a cerrar la puerta.
—Y sabemos que no puedes irte sin que ajustemos cuenta —dijo Pablo.
—Pero quĆ© dices —gimoteĆ³ Gilberto con el rostro fruncido del dolor. Incapaz de reanudar fuerzas.
David se humedeciĆ³ los labios mientras reajustaba la erecciĆ³n en su pantalĆ³n deportivo.
Pablo se inclinĆ³ sobre Gilberto y apartĆ”ndole las manos lo tomĆ³ de los huevos, enseguida se echĆ³ a reĆr.
—Amor, ya sĆ© porque Ć©ste se graba videos supuestamente soportando grandes golpes a su vitilidad. ¿Y cĆ³mo no? Sus pelotas son pequeƱas como las de un reciĆ©n nacido. Debes tocarlas.
Gilberto soltĆ³ un chillido cerrando los ojos y echando la cabeza para atrĆ”s. Pablo le retorciĆ³ los diminutos testĆculos.
David se riĆ³. TenĆa la verga parada dentro del pantalĆ³n mientras miraba la escena.
—¿Te quieres ir, estĆŗpido youtuber? —le preguntĆ³ Pablo soltando sus canicas.
El desdichado Gilberto afirmĆ³ con la cabeza.
—EstĆ” bien lĆ”rgate, que no queremos volver a ver tu estĆŗpida cara.
Gilberto apretĆ³ los dientes, torciĆ³ los ojos con un Ćŗltimo apretĆ³n que echĆ³ Pablo sobre su virilidad. Por Ćŗltimo, lo soltĆ³ de los testĆculos.
—Ya vemos que no eres nada fuerte.
Gilberto no los mirĆ³ tenĆa el rostro cabizbajo.
—Una recomendaciĆ³n —David lo detuvo antes de que se fuera.
Gilberto se quedĆ³ quieto para oĆrlo pero solo recibiĆ³ el impactĆ³ de la rodilla de David contra sus pequeƱĆsimo huevos. LanzĆ³ un grito y se desplomĆ³ de nuevo en el suelo, acurrucĆ”ndose en posiciĆ³n fetal.
Pablo no tuvo pudor en reĆrse y alzarse acariciando su polla bajo el pantalĆ³n. Se volviĆ³ a David y lo besĆ³. UsĆ³ sus manos para recorrer el cuerpo de su esposo. Hasta llegar a sus nalgas fuertes. Las estrujĆ³ unos segundos sin dejar de besarlo. Todo aquello alternado con los dedos rozando sus pezones.
—Hazlo —le pidiĆ³ David.
Pablo se bajĆ³ el pantalĆ³n y la ropa interior y su pene aflorĆ³ totalmente, grande, duro, soberbio, grueso. Lleno de energĆa y vitalidad.
—Pero quiero ver como aquel idiota te la come.
Pablo afirmĆ³ con la cabeza y fue en busca de Gilberto quien en vano quiso huir siendo alcanzado fĆ”cilmente por Pablo quien lo tomĆ³ de la nuca.
David tenĆa los ojos brillantes y amenazĆ³ ante cualquier traidor movimiento:
—Cuidado con un golpe desprevenido. Si lo haces te irĆ” peor, youtuber.
Gilberto fue forzado a lamer el miembro de Pablo. ChupĆ³ como un profesional, asĆ que tenĆa experiencia mamando falos y Pablo lo disfrutĆ³. Contra la barbilla del humillado youtuber chocaban las bolas de Pablo, gordas y llenas de nĆ©ctar viril.
—¡Ohhh... ahhh, siii, dame tu lengua, trĆ”galo, asĆ, asĆ...
—Resultaste mĆ”s perra que cualquiera, youtuber. ¿No que muy macho? —dijo David con una sonrisa.
—¡Ahhh, sigue, sigue, chupa, estĆŗpido youtuber. Eres un mamĆ³n.
Gilberto continuĆ³ chupando el garrote cada vez mĆ”s duro.
Un largo gruƱido saliĆ³ de Pablo en lo que su pene escupiĆ³ solo un poco de su leche contenida en las bolas. SiguiĆ³ empujando sobre Gilberto, su barra carnosa se hinchaba un poco cada vez.
ExplotĆ³, llenando con su leche espesa la boca de Gilberto, a borbotones salĆa de su cuerpo como catarata.
Pablo se separĆ³ del youtuber sintiĆ©ndose exhausto y David lo ayudĆ³ a sentar. Gotas de semen escapaban de su falo que se desinflaba.
Gilberto quedĆ³ escupiendo la leche apoyĆ”ndose en una mano y con la otra sostenĆa sus testĆculos.
David acercĆ³ sus labios a los de Pablo y le dio un largo y hĆŗmedo beso. Gemidos estallaron en el aire.
Pablo se colocĆ³ de rodillas y tragĆ³ el mĆ”stil erecto de su esposo, salado, potente. David se aferrĆ³ de sus cabellos y acariciĆ³ su cabeza.
—¡Ohh, ahh, sigue, sigue te darĆ© leche, ahhh, asĆ, mi bebĆ©, asĆ ya viene, es toda para ti, tomaras la leche de tu macho, sĆ, sĆ, ahĆ va, es toda para ti, ah, ah.
Convulsionado, David empezĆ³ a largar su semen en la boca de Pablo. TragĆ³ y tragĆ³ lo mĆ”s que pudo. Sus piernas temblaron, Pablo limpiĆ³ su boca. Luego se puso de pie. David lo abrazĆ³ y probo sus labios. Estuvieron basĆ”ndose largos momentos olvidĆ”ndose de Gilberto.
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